Vesículas bacterianas: el FedEx de las bacterias vaginales
Un estudio descifra la manera en que ciertas bacterias vaginales pueden alterar el entorno cervicovaginal e influir negativamente sobre la reproducción. Su herramienta: vesículas de transporte de proteínas.
Espacio para el público general
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Acerca de este artículo
Es una de las especificidades de la microbiota vaginal: está equilibrada cuando se ve ampliamente dominada por Lactobacillus crispatus. En cambio, su colonización por bacterias anaerobias como Gardnerella vaginalis y Mobiluncus mulieris se asocia a un riesgo mayor de ITS, vaginosis bacteriana y nacimiento prematuro. Sin embargo, los mecanismos que entran en juego son confusos, aunque las publicaciones hablan de la posible producción de vesículas extracelulares por parte de algunas bacterias. ¿Este mecanismo actuaría en el aparato reproductor? Esta es la hipótesis 1 emitida y validada por el equipo del profesor Michal A. Elovitz de la Icahn School of Medicine de Mount Sinai 2 de Nueva York, que ha estudiado, in vitro, las vesículas extracelulares producidas por el beneficioso L. crispatus y las dañinas G. vaginalis y M. mulieris.
Vesículas ricas en proteínas de interés
Después de observar, por microscopía electrónica, la presencia efectiva de vesículas de 90 a 420 nm de diámetro en medios de cultivo, el equipo analizó su contenido. Las vesículas producidas por G. vaginalis, M. mulieris y L. crispatus contenían respectivamente 491, 336 y 247 proteínas bacterianas. Varias de ellas presentaban un interés funcional: la carga de G. vaginalis era rica en vaginolisina, una toxina capaz de producir lisis celulares en las células epiteliales cervicovaginales y muy presente en caso de vaginosis bacteriana; la de M. mulieris contenía proteínas capaces de estimular la respuesta inmunitaria, mientras que varias proteínas de las vesículas de L. crispatus protegen la barrera epitelial.
Además, estas vesículas bacterianas se introducen con rapidez (1 a 4 horas) en las células epiteliales cervicales y vaginales. Solo quedaba determinar sus efectos.
Una respuesta inmunitaria multicitocina
La exposición de células epiteliales cervicales y vaginales al contenido de las vesículas bacterianas de G. vaginalis y M. mulieris producía una respuesta inmunitaria dependiente de la dosis. La respuesta de las células endocervicales era más pronunciada que la de las células ectocervicales. En cambio, L. crispatus no producía ninguna sobreexpresión significativa de citocina.
Por lo tanto, las células epiteliales cervicales y vaginales producen una respuesta multicitocinas cuando se exponen a las vesículas de G. vaginalis y M. mulieris, pero no de L. crispatus. Esta respuesta inmunitaria está mediada por las vías de señalización activadas por el (sidenote: Receptor TLR2 Receptor de la membrana celular de tipo Toll (reconocimiento de motivos moleculares), codificado por el gen TLR2 y que interviene en el reconocimiento de diferentes patógenos, en especial las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos. Fuente: Oliveira-Nascimento L, Massari P, Wetzler LM. The Role of TLR2 in Infection and Immunity. Front Immunol. 2012 Apr 18;3:79. ) .
Por lo tanto, las bacterias ejercerían su acción, dañina o beneficiosa, sobre la salud reproductiva a través de las vesículas extracelulares bacterianas; estas desempeñarían un papel de empresa de mensajería, proporcionando una protección a las proteínas bacterianas durante su transporte y posterior entrega a las células epiteliales, y produciendo, in fine, una respuesta inmunitaria del huésped.