La microbiota vaginal como predictor del riesgo de parto prematuro
Existe una correlación aparente entre la composición bacteriana de la microbiota vaginal y el riesgo de parto prematuro. A este respecto, las mujeres de origen africano parecen más expuestas. La búsqueda de biomarcadores específicos permitiría anticipar y prevenir de forma más eficaz este tipo de incidentes.
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Acerca de este artículo
Con alrededor de 15 millones de casos anuales y una incidencia mundial superior al 10%, el parto prematuro (antes de las 37 semanas de amenorrea (SA)) se ha convertido en un problema de salud pública global y en la segunda causa de mortalidad neonatal en el mundo. Algunos factores ambientales, especialmente la microbiota vaginal, podrían desempeñar un papel importante en este fenómeno : una composición vaginal bacteriana homogénea, con predominio de Lactobacillus, sería sinónimo de una reducción del riesgo de prematuridad, mientras que una gran diversidad parece estar relacionada con un mayor riesgo.
Un perfil característico del riesgo
Un equipo de investigación estadounidense decidió investigar el asunto llevando a cabo un análisis de la microbiota vaginal de 45 mujeres (principalmente de origen africano) que habían tenido un parto prematuro (<32 SA) en comparación con la de 90 mujeres (de distintos orígenes étnicos) que habían tenido un parto a término (≥37 SA). Los datos recolectados, junto con aquellos obtenidos a partir de una vasta base de datos estadounidense (12 000 muestras) confirmaron la hipótesis planteada: una mayor diversidad bacteriana vaginal así como una menor abundancia de Lactobacillus crispatus combinadas con la sobreabundancia de determinadas bacterias (BVAB1, Sneathia amnii, y Prevotella cluster 2) están relacionadas con un aumento del riesgo de parto prematuro. Las muestras de estas pacientes recogidas al principio del embarazo (entre 6 y 24 SA) revelaron una mayor presencia de Megasphaera type 1 y de TM7-H1, taxones conocidos por su asociación con una mala salud vaginal.
Mejorar la detección
Así pues, se ha desarrollado un modelo capaz de predecir el riesgo de parto prematuro en función de la presencia de BVAB1, Sneathia amnii, y Prevotella cluster 2 al inicio del embarazo (< 24 SA). Si bien aún queda por aclarar el papel que desempeñan las bacterias en cuestión, podrían ser responsables del aumento de ciertas citoquinas proinflamatorias capaces de desencadenar el parto de forma prematura. Aunque este perfil microbiano característico se encontró predominantemente en las mujeres de origen africano incluidas en este estudio, serán necesarios trabajos adicionales antes de poder generalizar la relación existente entre la flora vaginal y el parto prematuro. Junto con los datos clínicos y posibles factores genéticos, los biomarcadores bacterianos, metabólicos e inmunológicos podrían facilitar la detección temprana del riesgo de parto prematuro y el tratamiento de los embarazos de alto riesgo.