¿Un ácido graso de cadena corta de la microbiota intestinal para combatir la endometriosis?
La endometriosis afecta drásticamente la calidad de vida de las mujeres debido al dolor y a la infertilidad que puede provocar. Aunque afecta a 1 de cada 10 mujeres, sus mecanismos siguen siendo poco conocidos y sus tratamientos, poco satisfactorios. Un estudio reciente en animales1 abre nuevas perspectivas al mostrar que el butirato, un ácido graso de cadena corta producido por la microbiota intestinal, ralentiza el desarrollo de lesiones en el endometrio.
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Acerca de este artículo
Las teorías sobre el origen de la endometriosis siguen sin estar claras. La hipótesis actual es que los fragmentos del endometrio migran fuera del útero hacia el espacio peritoneal durante la menstruación retrógrada y se implantan en el tejido circundante. Pero, mientras que el 90% de las mujeres tiene períodos retrógrados, solo el 10% sufre endometriosis. Además, los tratamientos actuales para la enfermedad no están exentos de efectos secundarios y no previenen su reincidencia.
Para ofrecer a la mujer nuevas soluciones terapéuticas, es necesario identificar otros factores que contribuyan a la modificación del entorno peritoneal y al desarrollo de lesiones. En este contexto, la microbiota intestinal está llamando la atención de los investigadores. De hecho, la de las mujeres con endometriosis tiene menor diversidad alfa y una composición bacteriana alterada en comparación con las mujeres sin endometriosis. Además, los metabolitos producidos por la flora intestinal en un modelo de endometriosis en ratones son diferentes de los de los ratones de control. Esto es importante porque es a través de los metabolitos resultantes de la transformación de las fibras alimentarias cuando la microbiota intestinal aporta sus beneficios al cuerpo humano. Entre estos, los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el butirato, el acetato o el propionato tienen efectos antiproliferantes y antiinflamatorios. Por lo tanto, los autores del estudio publicado en Life Science Alliance han investigado el papel de estos AGCC en la endometriosis in vivo en un modelo de ratón con endometriosis e in vitro en células con lesiones en el endometrio.
El butirato inhibe el crecimiento de las lesiones activando varios mecanismos
Los primeros resultados muestran que la endometriosis desequilibra la microbiota intestinal de los ratones, lo que lleva a una reducción de la producción de butirato. El equipo también ha observado que el butirato (y no otros AGCC, como el acetato o el propionato) inhibe el crecimiento de las lesiones en el endometrio. El butirato actuaría a través de tres mecanismos como mínimo: activando los receptores de membrana acoplados a las proteínas G (GPCR): GPR43 y GPR109A, al inhibir la enzima histona deacetilasa (HDAC) y activar Rap1GAP (proteína activadora de GTPasa Ras-próximo-1). Rap1GAP bloquea la vía de señalización Rap1 involucrada en la proliferación, migración y adhesión celular. Ya se conoce como supresor de tumores, incluso en el cáncer de endometrio.
Ahora será necesario realizar más estudios para determinar si las mujeres con endometriosis tienen niveles más bajos de butirato fecal que las mujeres sin esta afección. Si este es el caso, se podrían probar diferentes enfoques para prevenir el desarrollo de lesiones: dieta, análogos de butirato, suplementos de butirato o probióticos que inducen la producción de butirato.