Ámbito urinario: una eficacia que requiere confirmación mediante ensayos clínicos
Dado que las infecciones urogenitales bajas parecen estrechamente relacionadas con una disbiosis de la microbiota urinaria o vaginal, se están probando tratamientos que modulan la microbiota para prevenir, e incluso curar, estas infecciones.
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Acerca de este artículo
A fin de devolver a la microbiota urinaria toda la diversidad necesaria para su equilibrio y disminuir el desarrollo de resistencia bacteriana a los antibióticos, también se considera la administración de probióticos y arándano rojo.
Diferentes cepas de lactobacilos mostraron ser útiles, aunque hay que esperar nuevos ensayos clínicos.
Los tratamientos alternativos a los antibióticos, populares entre los pacientes, tienen por objeto limitar las recaídas y el desarrollo de resistencia a los antibióticos. Van en el sentido de las recomendaciones de las autoridades sanitarias, entre ellas la HAS (Haute Autorité de Santé francesa), que trabaja para “favorecer la prescripción apropiada de antibióticos a fin de disminuir las resistencias bacterianas que puedan dar lugar a fracasos terapéuticos”.15 Puede proponerse el arándano rojo como prevención de la cistitis recurrente por E. coli, a la dosis de 36 mg/día de proantocianidina.
El empobrecimiento de la microbiota urinaria en las mujeres sensibles a las infecciones urinarias plantea la cuestión de saber si un aporte de microorganismos a través de los probióticos puede reducir la tasa de infección urinaria. Hay que tener en cuenta que un probiótico ideal debe poder adherirse a las células, prevenir y reducir la adhesión de los patógenos, secretan ácidos (por ejemplo, ácido láctico), peróxido de hidrógeno y bactericidas capaces de reducir el crecimiento de patógenos, carecer de efectos indeseables (ni invasivo, ni carcinógeno, ni patógeno) y ser capaz de formar agregados para producir una flora normal y equilibrada.17
Según la literatura científica, los probióticos se mostraron eficaces en el tratamiento y la prevención de las infecciones urogenitales.17 Está demostrado el efecto beneficioso de diferentes lacto- bacilos (L. rhamnosus, L. fermentum y L. reuteri) en el tratamiento de infecciones urinarias . In vitro, se demostró un efecto inhibidor sobre E. coli; en especial, algunas cepas de lactobacilos (L. rhamnosus y L. plantarum) ejercen una actividad antimicrobiana contra E. coli.19
Cada vez más datos sugieren que es posible utilizar los probióticos como primera etapa en la regulación de la microbiota urinaria, a fin de reducir el riesgo de ciertas enfermedades urinarias o tratarlas. Además, se toleran mejor que los antibióticos y los pacientes los reclaman a menudo.17 No obstante, serán necesarios otros ensayos clínicos futuros que impliquen a un gran número de pacientes para obtener pruebas precisas sobre el papel preventivo y curativo de los probióticos en las infecciones urinarias.17