Dolor posoperatorio: ¿una cuestión de microbiota intestinal?
Cuando trabajos anteriores habían relacionado la diversidad y la composición de la microbiota intestinal con el dolor posoperatorio después de una intervención quirúrgica de la muñeca, un equipo identifica por primera vez unas bacterias asociadas a la presencia o la ausencia de dolor posquirúrgico persistente después de una intervención por cáncer de mama.
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Acerca de este artículo
El dolor posquirúgico persistente (o (sidenote: Dolor posquirúrgico persistente (DPQP) Dolor que continúa después de una operación quirúrgica de forma significativa durante al menos tres meses y que no tiene relación con afecciones dolorosas preexistentes ) ) es tan común como subestimado: afecta a millones de pacientes en el mundo. Entre los factores predisponentes, se encuentra el tipo de intervención quirúrgica. Por ejemplo, en el caso del cáncer de mama, el 80 % de las mujeres cuya intervención comprende una limpieza axilar de los ganglios linfáticos padecen DPQP.
Trabajos anteriores habían implicado a la microbiota intestinal en el dolor posoperatorio. Sin embargo, los mecanismos eran confusos: una disbiosis intestinal podría producir un desequilibrio en la producción de metabolitos microbianos y desempeñar un papel en el desarrollo del DPQP a través del
(sidenote:
Eje intestino cerebro
Red de comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro, que permite la comunicación entre el intestino y el cerebro a través de tres vías:
1. la vía neuronal (las neuronas), principalmente por el nervio vago y el sistema nervioso entérico;
2. la vía endocrina, mediante la secreción de hormonas, como el cortisol, la adrenalina o la serotonina,
3. la vía del sistema inmunitario, mediante la modulación de las citocinas.
El eje intestino-cerebro actúa, entre otras cosas, sobre el comportamiento, la cognición (memoria), las emociones, el humor, los deseos, la percepción… y el dolor.
)
.
Para saber más, unos investigadores irlandeses de la Universidad de Cork 1 han realizado un estudio observacional prospectivo en pacientes adultas sometidas a una intervención quirúrgica para el tratamiento del cáncer de mama (excepto limpieza axilar o cirugía de reconstrucción, muy dolorosas). Su objetivo era determinar si la composición de la microbiota intestinal se asociaba a la incidencia y la magnitud del DPQP en esta cohorte de mujeres.
2,3 millones En 2022, 2,3 millones de mujeres fueron diagnosticadas de cáncer de mama en el mundo y se registraron 670 000 fallecimientos ²
La primera causa de cáncer En 157 países de 185, el cáncer de mama era la primera causa de cáncer en las mujeres en 2022 ²
Alrededor del 99 % de los cánceres de mama se producen en mujeres, frente al 0,5 a 1 % en los hombres ²
Una menor diversidad alfa
Doce semanas después de la operación, 21 mujeres (51,2 %) no referían dolor y otras 20 (48,8 %) presentaban dolor persistente. Una diferencia que parecía relacionada con la diversidad de su microbiota intestinal: se observaba una menor (sidenote: Diversidad alfa Número de especies que coexisten en un medio dado. ) (3 mediciones: riqueza, índice de Shannon e índice de Simpson) en las pacientes que señalaban un dolor grave 1 hora después de la operación y 12 semanas después, en comparación con las que referían un dolor leve. En cambio, no se observó ninguna diferencia en cuanto a la (sidenote: Beta diversity Tasa de variación de la composición de especies, calculada comparando el número de taxones únicos en cada ecosistema. ) .
Bacterias asociadas a la presencia o ausencia de dolor
Pero, sobre todo, el equipo detecta importantes diferencias en la composición de la microbiota intestinal según el dolor, con mayor presencia de:
- Bifidobacterium longum y Faecalibacterium prausnitzii en las mujeres que no referían ningún dolor 12 semanas después de la operación.
- Megamonas hypermegale, Bacteroides pectinophilus, Ruminococcus bromii y Roseburia hominis en las mujeres que presentaban DPQP.
Estos resultados parecen reforzar los de anteriores estudios: disminución de la cantidad relativa de Faecalibacterium prausnitzii en los pacientes que presentan una fibromialgia; reducción del dolor mediante la administración de Bifidobacterium longum en un modelo de rata con artritis. No obstante, una excepción: Roseburia hominis reducía la hipersensibilidad visceral en la rata, aunque se asociaba a la presencia de DPQP en este estudio.
Si bien estas relaciones entre microbiota y DPQP son una primicia, los autores lanzan una advertencia: solo se trata de correlaciones y, en ningún caso, de relaciones de causalidad.