Su próxima ensalada bien podría ser una fuente inesperada de bacterias beneficas para el intestino
¿Podría una dieta a base de frutas y verduras frescas estar alimentando a los billones de bacterias de su intestino? Un nuevo estudio revela sorprendentes vínculos entre las frutas y verduras que comemos y la diversidad de nuestra microbiota intestinal.
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Todos conocemos el dicho «cada día una manzana y tendrás una vida sana». Pero ¿y si esa fruta crujiente también alimentara un mundo invisible en el interior de nuestro cuerpo? Un nuevo estudio 1 acaba de revelar que cuando mordemos una manzana, una zanahoria u otro producto fresco, liberamos microbios que siembran nuestros ecosistemas intestinales, formando la amplia comunidad bacteriana que reside en nuestros intestinos.
Un equipo de científicos del Instituto de Biotecnología Medioambiental de Austria 2 descubrió un nuevo y sorprendente vínculo entre las frutas y verduras que comemos y las bacterias que residen en nuestros intestinos. Este nuevo estudio demostró que muchos tipos de bacterias intestinales proceden de productos frescos y migran a nuestro sistema digestivo cuando comemos frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal.
La microbiota intestinal
Los investigadores examinaron el ADN bacteriano para identificar decenas de géneros de bacterias que viven tanto en los productos agrícolas como en el interior del intestino humano. Estos microbios representan una proporción baja, pero significativa, de nuestros ecosistemas intestinales: en promedio, cerca del 2% de las bacterias intestinales propias de un individuo proceden de frutas y verduras.
Y esta cifra es aún mayor en los niños pequeños y en las personas que comen mucha verdura. Aunque relativamente escasas, estas bacterias derivadas de productos agrícolas proporcionan distintas sustancias beneficiosas para la salud como (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) , vitamina B12 y vitamina K.
2% ¡El 2% de los microbios intestinales humanos proceden de las frutas y verduras que consumimos!
Cuanta más diversidad vegetal, mayor diversidad intestinal
El estudio también puso de manifiesto la relación que existe entre el consumo de frutas y verduras y la salud intestinal. El consumo semanal de más de 10 tipos diferentes de frutas y verduras se asocia a una mayor diversidad de la microbiota intestinal en comparación con una alimentación menos variada. Las personas que comen más verdura tienden a presentar una mayor variedad de microbios intestinales.
Pero, ¿qué sucede cuando los productos frescos pierden diversidad?
Este estudio revela un riesgo alarmante: a medida que la actividad humana degrada la tierra y destruye la biodiversidad, estamos privando a nuestros ecosistemas intestinales de microbios vitales. Si las frutas y verduras son fundamentales para la transmisión de bacterias, ¿cuáles son las consecuencias de consumir productos derivados de la agricultura intensiva y pobres en microbioma? Quizás debamos replantearnos urgentemente nuestra concepción de la agricultura y la preservación de la tierra para mantener el vínculo microbiano entre el medio ambiente y la salud humana.