La Microbiota Vaginal # 16
Por la Prof. Satu Pekkala
Becaria de investigación de la Academia de Finlandia, Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud, Universidad de Jyväskylä, Finlandia
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Acerca de este artículo
GONORREA EN MUJERES: ¿EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE LA MICROBIOTA VAGINAL Y LOS SÍNTOMAS?
Cada año se registran casi 90 millones de casos de gonorrea en todo el mundo. En las mujeres, la infección de las partes inferiores del aparato genital por Neisseria gonorrhoeae tiene consecuencias muy variables, desde la ausencia de síntomas hasta cervicitis. Aunque se desconocen los factores que subyacen a esta variabilidad, es posible que la microbiota cervicovaginal esté implicada. De hecho, un equipo ha demostrado recientemente que la microbiota cervicovaginal predice el cuadro clínico de la gonorrea en mujeres.
Estos son los resultados de un estudio piloto realizado en EE. UU. en 19 pacientes infectadas con N. gonorrhoeae, 10 de las cuales eran sintomáticas y 9 asintomáticas. La mayoría de estas pacientes eran afroamericanas, un grupo de población cuya microbiota suele tener menos lactobacilos que la de mujeres caucásicas. Neisseria spp. representaba solo el 0,24 % de las bacterias presentes en las 19 pacientes, tanto sintomáticas como asintomáticas. La mitad de las pacientes de cada grupo también tenían coinfecciones por Chlamydia trachomatis y/o Trichomonas vaginalis.
La microbiota cervicovaginal de las pacientes asintomáticas sin coinfección contenía comunidades microbianas dominadas por lactobacilos con mayor frecuencia (una media del 92,2 % de las bacterias) que las de las pacientes sintomáticas sin coinfección (el 21,6 %).
En cambio, las mujeres sintomáticas tenían comunidades microbianas caracterizadas por taxones bacterianos más diversos y heterogéneos. Estaban compuestas por una mezcla de bacterias anaerobias asociadas a la vaginosis bacteriana (VB): Prevotella, Sneathia, Mycoplasma hominis y bacteria asociada a la vaginosis bacteriana-1 (BAVB1)/Candidatus Lachnocurva vaginae.
Estos son únicamente los resultados de un estudio piloto con una muestra pequeña. Es un primer paso importante, pero se necesitan más estudios para evaluar el posible efecto protector contra la infección por N. gonorrhoeae de una microbiota vaginal dominada por Lactobacillus.