La microbiota intestinal # 16
Por la Prof. Satu Pekkala
Becaria de investigación de la Academia de Finlandia, Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud, Universidad de Jyväskylä, Finlandia
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Acerca de este artículo
ASOCIACIONES DEL MICROBIOMA INTESTINAL ENTRE COHORTES CON LA RESPUESTA AL INHIBIDOR DE PUNTO DE CONTROL INMUNITARIO EN EL MELANOMA AVANZADO
Los inhibidores de punto de control inmunitario (IPCI) han mejorado considerablemente el tratamiento del melanoma avanzado. Sin embargo, no todos los pacientes responden al tratamiento, lo que se cree que está relacionado con la microbiota intestinal. Lee et al. realizaron una secuenciación indiscriminada (de escopeta) de muestras fecales de cinco cohortes europeas que no habían recibido tratamiento previo con IPCI, con un total de 165 pacientes con melanoma cutáneo avanzado. Debido a las diferencias clínicas y mutacionales entre las cohortes, se analizaron por separado y no se mezclaron. Los autores encontraron una diferencia significativa en la composición de la microbiota intestinal entre los que respondieron al tratamiento y los que no en la cohorte PRIMM-UK (Reino Unido), pero no en la cohorte PRIMMNL (Países Bajos). Además, al analizar bases de datos públicas disponibles (n = 147 muestras metagenómicas), se hizo evidente que la reproducibilidad de las predicciones de respuesta entre cohortes era limitada. Ninguna bacteria fue un biomarcador completamente constante en la respuesta a los IPCI en todos los conjuntos de datos. Sin embargo, en el estudio se identificó un grupo de especies microbianas, como Bifidobacterium pseudocatenulatum, Roseburia spp. y Akkermansia muciniphila, asociadas a las que respondieron al tratamiento. En cuanto a los genes funcionales de la microbiota, como las adenina metilasas de ADN, aumentaron en las que respondieron al tratamiento. En conclusión, aunque se identificó un posible grupo de biomarcadores microbianos con capacidad de respuesta al tratamiento con IPCI, se necesitan estudios en el futuro en cohortes más grandes. Además, a la hora de evaluar los biomarcadores que pueden ser útiles en los diagnósticos se deberían de tener en cuenta factores clínicos que puedan actuar como variables de confusión.
LA BACTERIA INTESTINAL AKKERMANSIA MUCINIPHILA PREDICE LA RESPUESTA CLÍNICA AL BLOQUEO PD-1 EN PACIENTES CON CARCINOMA PULMONAR NO MICROCÍTICO AVANZADO
Muchos pacientes con carcinoma pulmonar no microcítico (CPNM) no responden al tratamiento con inhibidores de punto de control inmunitario (IPCI) como anti- PD-1. Hallazgos recientes muestran que ciertos miembros de la microbiota intestinal, especialmente Akkermansia muciniphila, pueden influir en la eficacia de los IPCI en pacientes con CPNM. Además, la resistencia al tratamiento se ha asociado a un microambiente tumoral menos inflamatorio. El estudio multicéntrico y prospectivo de Derosa et al. incluía a 338 pacientes con CPNM avanzado tratados con IPCI para determinar si los perfiles del metagenoma de la microbiota intestinal podían explicar la respuesta al tratamiento. Se observó que una mayor abundancia de Akkermansia en las heces de referencia se asociaba a una mayor tasa de respuesta al tratamiento con IPCI, asociada a un beneficio clínico (aumento de la supervivencia). Además, la presencia de Akkermansia se asociaba con otros cambios en la microbiota intestinal posiblemente relevantes para el pronóstico. Varios genes tumorales expresados diferencialmente se relacionaron con la respuesta al bloqueo de PD-1, lo que sugiere que Akkermansia puede favorecer la migración de linfocitos T cooperadores al microambiente tumoral. Para demostrar finalmente que Akkermansia podía rescatar la resistencia a los IPCI, los autores inocularon dos cepas diferentes de A. muciniphila a ratones a los que previamente se habían trasplantado heces de un paciente con resistencia al bloqueo de PD-1. Comparados con los ratones control, las dos cepas rescataron la respuesta al tratamiento. Este estudio es, de lejos, el mayor análisis prospectivo de metagenómica que ha validado Akkermansia como un posible factor de pronóstico para los pacientes con CPNM tratados con IPCI, y ha demostrado el potencial mecanístico de Akkermansia.
TRASPLANTE DE MICROBIOTA FECAL PARA EL TRASTORNO BIPOLAR: ESTUDIO DETALLADO DE UN CASO
La única indicación validada para el TMF es la infección recurrente por Clostridioides difficile. Sin embargo, la participación de la microbiota intestinal en muchas otras enfermedades (como la enfermedad de Parkinson) sugiere que las indicaciones para el TMF pronto podrían ampliarse. La microbiota intestinal también puede modificar numerosos procesos depresivos, como el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal. Hasta el momento, no se han publicado ensayos en los que se haya usado el TMF para tratar a pacientes con alteraciones bipolares. El estudio longitudinal de Parker et al. presenta el caso de un varón de 28 años con trastorno bipolar. A los 10 años, sufrió episodios depresivos. Algunos de los síntomas fueron un estado de ánimo gravemente deprimido, pensamientos suicidas, astenia, problemas de concentración, retraso psicomotor e insomnio. Los síntomas estaban acompañados a menudo de irritabilidad y ansiedad. A los 15 años, sufrió su primer episodio hipomaníaco. Durante años, se le trató con éxito con fármacos, pero más tarde los problemas de ánimo volvieron a aparecer. Empezó a tomar probióticos de manera voluntaria (cepas de Lactobacillus Saccharomyces). Después de tomar los probióticos, dijo que tuvo un gran alivio de los síntomas. Animado por la mejoría, el paciente se documentó sobre la investigación del microbioma y decidió probar el TMF. Un gastroenterólogo realizó el procedimiento mediante colonoscopia. Después del TMF, el paciente registró sus estados de ánimo durante 470 días consecutivos. Informó de que los episodios de trastornos del estado de ánimo disminuyeron en frecuencia y en gravedad a lo largo de los meses. Además, pudo reducir el tratamiento farmacológico de forma significativa. Doce meses después del TMF, declaró que tenía una mejoría clara, casi sin síntomas bipolares, y que los síntomas del trastorno de déficit de atención con hiperactividad habían mejorado. Aunque solo es un estudio de caso, el TMF fue capaz de reducir los síntomas bipolares, lo que justifica la necesidad de realizar estudios de TMF en cohortes de bipolares más amplias.