Malnutrición: actuar sobre la microbiota para mejorar el crecimiento, un prototipo a prueba
Un nuevo estudio, publicado en el The New England Journal of Medicine, demuestra, en un ensayo clínico aleatorizado, que un complemento alimenticio terapéutico concebido para restablecer la microbiota intestinal de niños que padecen malnutrición es mejor que el tratamiento estándar para apoyar su crecimiento.
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Acerca de este artículo
Actualmente, más de 30 millones de niños menores de 5 años padecen (sidenote: malnutrición aguda moderada (MAM) Definida por la Organización Mundial de la Salud como una relación peso/estatura inferior en dos a tres desviaciones estándares de la mediana de la cohorte de edad. ) (MAM) en el mundo. La principal característica de este azote planetario es que los niños afectados presentan una microbiota intestinal (MI) inmadura. En un (sidenote: Raman AS, Gehrig JL, Venkatesh S, et al. A sparse covarying unit that describes healthy and impaired human gut microbiota development. Science. 2019;365(6449):eaau4735. ) , los autores de este estudio definieron un prototipo de complemento alimenticio (MDCF-2) que permitía restablecer la MI de niños de 12 a 18 meses que padecían una MAM. Este nuevo estudio pretende confirmar la eficacia de MDCF-2 en niños con una MAM en un ensayo más amplio y realizado durante un periodo más prolongado.
Un estudio de intervención realizado con 123 niños de Bangladesh
En este ensayo controlado aleatorizado, 123 niños de Bangladesh (de 12 a 18 meses) con una MAM recibieron, o bien una suplementación con MDCF-2 (204 kcal por dosis diaria de 50 g), o bien un complemento alimenticio listo para su empleo existente (RUSF, 247 kcal por dosis diaria de 50 g) dos veces al día durante 3 meses, seguidos de un control al cabo de un mes. Paralelamente, el equipo de investigación realizó un seguimiento semanal del peso, la estatura y el contorno del brazo, así como de tomas de muestras de sangre y heces a intervalos regulares.
Un crecimiento más rápido y un aumento de peso más importante
De los 118 niños que terminaron el estudio (59 en cada grupo), los del grupo MDCF-2 presentaban un crecimiento más rápido que los del grupo RUSF. En los niños del grupo MDCF-2, la variación semanal media del índice de peso por estatura era de 0,021, frente a 0,010 para el grupo RUSF. En lo referente al peso por edad, la variación semanal media era de 0,017 en el grupo MDCF-2 y de 0,010 en el grupo RUSF. Las variaciones de los indicadores contorno del brazo e índice de estatura por edad, por su parte, eran similares en los dos grupos.
Marcadores sanguíneos e intestinales identificados
Después de una suplementación con MDCF-2, se modificaron significativamente 714 proteínas, frente a 82 proteínas en el grupo RUSF. Mientras que algunas de ellas se asociaban al desarrollo de los sistemas musculoesquelético y nervioso (p < 0,001), 70 también se correlacionaban con el índice de peso por estatura. Por otra parte, los marcadores proinflamatorios, acentuados por la malnutrición al principio del estudio, se redujeron en mayor medida mediante la suplementación con MDCF-2. En lo referente a la microbiota, la suplementación con MDCF-2 permitió aumentar de forma significativa 21 taxones bacterianos positivamente asociados al índice de peso por estatura (p < 0,001) y a la inversa, reducir dos taxones bacterianos (Escherichia coli y una especie de Bifidobacterium) negativamente asociados al índice de peso por estatura (p < 0,001).
Este estudio plantea la siguiente conclusión: un aporte calórico y nutricional adecuado es insuficiente para remediar las consecuencias de la malnutrición a largo plazo. Para los autores, primero hay que asegurar una maduración óptima de la MI. A fin de evaluar la eficacia de este nuevo enfoque terapéutico, deberán realizarse ensayos de mayor envergadura en diferentes regiones geográficas y con edades pediátricas más variadas.