Cítricos y bacterias: el cóctel natural contra la depresión
Comer cítricos podría reducir un 22 % el riesgo de depresión. Los flavonoides presentes en estas frutas serían favorables para ciertas bacterias intestinales, que aumentarían la biodisponibilidad de sustancias esenciales para el bienestar, como la serotonina y la dopamina.
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Acerca de este artículo
Tristeza persistente, pérdida duradera de la capacidad de sentir interés o placer por las actividades que antes los proporcionaban: los trastornos depresivos, también agrupados bajo el término de «depresión», son alteraciones mentales corrientes que afectarían a más de 280 millones de personas en el mundo. A menudo, los tratamientos tradicionales, como los antidepresivos, no tienen el efecto esperado. Algunos pacientes incluso sufren un empeoramiento de los síntomas o presentan efectos secundarios indeseables.
¿Y si la solución contra el bajón se encontrara, no en una pastilla, sino... en una copa de fruta? Un estudio reciente 1 sugiere que las naranjas, los limones, las mandarinas, los pomelos y otros cítricos podrían tener un efecto antidepresivo.
35 % Las dietas de tipo mediterráneo se han asociado a una reducción de cerca del 35 % del riesgo de depresión. ¹
70 % El 70 % de los pacientes que padecen depresión no responden al tratamiento inicial con antidepresivos y/o desarrollan efectos secundarios. ¹
22 % menos de depresión
Este es el descubrimiento de un equipo de investigadores que se ha centrado en el impacto del consumo de cítricos sobre la depresión, a través de los datos de más de 32 000 mujeres de una cohorte estadounidense seguida durante 14 años. ¿Su descubrimiento? Un consumo más elevado de cítricos se asociaba a una reducción del 22 % del riesgo de depresión.
Mujeres
El trastorno depresivo afecta más a las mujeres que a los hombres. ²
l 20 % de las mujeres que comían más cítricos tenían muchas menos posibilidades de caer en una depresión clínica. ¿Cómo se explica este efecto? Los investigadores responden que a través de la microbiota intestinal, este conjunto de bacterias y otros microorganismos que colonizan el intestino
Una microbiota que cuida
Al parecer, esta gente menuda que puebla el tubo digestivo desempeña (¡también!) un papel crucial en nuestro bienestar mental. Y lo hace a través de lo que los científicos llaman el eje intestino-cerebro. ¿Cómo? Los flavonoides, sustancias naturales que se encuentran en los cítricos, serían capaces de modular la flora intestinal, en especial favoreciendo el crecimiento de Faecalibacterium prausnitzii. Esta bacteria sería capaz de fabricar una molécula llamada SAM (S-adenosil-L-metionina).
El eje intestino-cerebro: ¿Cuál es el papel de la microbiota?
Y ahí la cosa se pone interesante: la SAM ayudaría a reducir la actividad de una enzima que degrada las famosas «hormonas de la felicidad», es decir, la serotonina y la dopamina. Cuantos más cítricos y F. prausnitzii, menos enzima que destruye, más neurotransmisores disponibles… ¡y, por lo tanto, un cerebro más feliz!
El mensaje del estudio está claro: comer más cítricos podría reducir el riesgo de depresión. La próxima vez que se deleite con una naranja, piense que lo puede ayudar a ver la vida de color… ¡de rosa!