Enfermedades mentales y microbiota intestinal: ¿la solución de un rompecabezas?
Se ha demostrado la existencia de desequilibrios de la microbiota en varias enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia, depresión o los trastornos obsesivos compulsivos (TOC). ¿Pero cada enfermedad tiene «su» propia disbiosis o existen alteraciones microbianas comunes entre todas? Una revisión de varios estudios lo analiza.
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Acerca de este artículo
Se han realizado varios estudios recientemente en varios países para identificar las peculiaridades de la alteración de la microbiota intestinal de las personas que padecen enfermedades mentales. ¿Su flora intestinal presenta menos riqueza que las de las personas con un buen estado de salud? ¿Está menos diversificada? ¿Hay presentes determinadas especies de microorganismos? ¿O por el contrario faltan otras? Hay mucho en juego, ya que si se descubre en varios estudios que hay particularidades asociadas a una o varias enfermedades mentales, estas podrían servir como marcadores útiles para el diagnóstico de los pacientes, la estrategia en el tratamiento o la evaluación de la respuesta a estos... Pero hasta la fecha, los resultados de estos estudios han sido contradictorios.
Observamos varios desequilibrios comunes en varias enfermedades psiquiátricas
Destaca una publicación en (sidenote: JAMA Journal of the American Medical Association ) Psychiatry al revisar casi 60 estudios sobre el tema. El objetivo de sus autores: confirmar que las enfermedades mentales están relacionadas con las alteraciones de la microbiota intestinal y determinar si son específicas en cada enfermedad:
- depresión,
- trastornos bipolares,
- TOC,
- esquizofrenia,
- psicosis,
- anorexia,
- ansiedad,
- …
Los científicos han constatado que hay una disminución significativa de la riqueza de la microbiota intestinal de los pacientes con problemas mentales, pero hay poca diferencia entre la diversidad de especies en comparación con la microbiota de los sujetos sanos. En lugar de poner en evidencia las características concretas de cada enfermedad, estos estudios demuestran más bien que hay desequilibrios similares en la flora intestinal en varios pacientes con trastornos mentales. Estas alteraciones se traducen normalmente en el aumento de varias especies que favorecen la inflamación y la disminución de otras especies de acción antiinflamatoria en los trastornos bipolares, la esquizofrenia y la ansiedad.
Factores que pueden llegar a confundir que hay que tener en cuenta
Esta revisión nos ha permitido determinar los factores responsables de las diferencias en los resultados de los estudios. Por una parte, la zona geográfica: la alimentación y por tanto la microbiota y sus desequilibrios no son iguales en China y en los países occidentales. Por otra parte, la toma de medicamentos: al parecer, los psicotrópicos favorecen la aparición de disbiosis. Por tanto, los investigadores deben tener esto en cuenta para desvelar todos los misterios que relacionan a la microbiota intestinal con las enfermedades mentales para beneficiar a los pacientes.