Cómo nuestro intestino habla constantemente con nuestro cerebro
Conocido con el nombre de “segundo cerebro”, el intestino tiene 200 millones de neuronas (sistema nervioso entérico), alberga miles de millones de bacterias intestinales y se comunica constantemente con nuestro cerebro y viceversa. Pero en caso de alteración de la microbiota intestinal, el proceso inflamatorio asociado puede interrumpir est comunicación bidireccional. Esta disfunción del eje intestinocerebro podría estar implicada en el desarrollo de trastornos neuropsiquiátricos1.
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Acerca de este artículo
Gracias a los trabajos de investigación llevados a cabo sobre el eje intestinocerebro, se van desvelando poco a poco los procesos que emplean las bacterias intestinales para comunicarse con el cerebro. Hoy en día sabemos que los intercambios entre el cerebro y el intestino se realizan a través de cuatro vías principales: neuronal, hormonal, inmunitaria y metabólica. Ambos “órganos” se comunican a través del nervio vago, que viaja desde el cerebro hasta el abdomen y desempeña un papel importante en numerosas funciones vitales como la frecuencia cardíaca. De hecho, los pacientes que han sufrido la ablación de este nervio tendrían un menor riesgo de sufrir trastornos neurológicos.
¿Qué es el eje intestino-cerebro2?
Las bacterias intestinales se comunican con el cerebro mediante la producción de moléculas químicas llamadas “neurotransmisores” (serotonina, dopamina, GABA3…). Estas moléculas microbianas no actúan directamente en el cerebro ya que éste se encuentra aislado y protegido por una membrana denominada “barrera hematoencefálica”. Los neurotransmisores producidos por las bacterias intestinales podrían ejercer su acción en las células de la pared intestinal haciendo que éstas transmitan el mensaje al sistema nervioso central porconducto de las neuronas del tracto digestivo conectadas con el cerebro. Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) son sustancias biológicas, algunas de ellas beneficiosas y protectoras, producidas por las bacterias del colon durante la fermentación de la fibra alimentaria4. Tienen un papel muy importante en la comunicación entre ambos órganos al actuar directamente en el cerebro.
Vías alternativas
Existen otras vías posibles de comunicación: el sistema inmunitario y la circulación sanguínea. Con ayuda de los AGCC, las bacterias intestinales son capaces de estimular algunos glóbulos blancos, células encargadas de defender nuestro organismo. Estas producen mensajeros químicos (citoquinas) que pueden atravesar la pared intestinal, viajar por la sangre y cruzar la barrera hematoencefálica. Luego actúan en el cerebro, particularmente en áreas implicadas en la regulación de la respuesta al estrés. El cerebro, a su vez, ejerce una acción en el intestino mediante la modulación de las secreciones, la motilidad y la circulación sanguínea, lo que acaba afectando a la permeabilidad intestinal5.
¿Existe algún vínculo entre la microbiota y la función cerebral?
Todos los estudios que se han llevado a cabo en animales muestran que las bacterias intestinales influyen en el desarrollo del cerebro a lo largo de la vida: formación de nuevas neuronas en el cerebro, establecimiento de nuevas conexiones neuronales6, implicación en la velocidad de las señales eléctricas transportadas por neuronas, memorización, conducta social, regulación de la secreción de la hormona del estrés (cortisol)… Sin las bacterias, nuestro cerebro se vería alterado y sería más vulnerable a agentes infecciosos o moléculas tóxicas7.
Recomendado por nuestra comunidad
1 Cenit MC, et al. Influence of gut microbiota on neuropsychiatric disorders. World J Gastroenterol. 2017
2 Skonieczna-Żydecka K, et al. Microbiome-The Missing Link in the Gut-Brain Axis: Focus on Its Role in Gastrointestinal and Mental Health. J Clin Med. 2018 Dec 7
3 Ácido γ-aminobutírico, encargado de controlar el miedo y la ansiedad, entre otros
4 Principalmente acetato, butirato y propionato
5 Dinan TG, et al. The Microbiome-Gut-Brain Axis in Health and Disease. Gastroenterol Clin North Am. 2017 Mar
6 Cenit MC, et al. Influence of gut microbiota on neuropsychiatric disorders. World J Gastroenterol. 2017
7 Sharon G, et al. The Central Nervous System and the Gut Microbiome. Cell. 2016 Nov 3