¿En qué se diferencian los prebióticos, los probióticos y los posbióticos?
Prebióticos, probióticos, posbióticos… La verdad es que, detrás de estos confusos términos, se esconde un emocionante universo relacionado con nuestra salud. Estos «bióticos» trabajan discretamente entre bambalinas para cuidar nuestra valiosa microbiota intestinal. Prepárese para descubrir las funciones de cada uno y sus diferencias fundamentales. En este artículo, tiraremos del hilo de esta red microscópica para que pueda domar a estos insospechados aliados del bienestar. Exploremos este fascinante ecosistema que vive en cada uno de nosotros.
- Descubrir las microbiotas
- Microbiota y trastornos asociados
- Actuar en nuestras microbiotas
- Publicaciones
- Acerca del Instituto
Área para profesionales sanitarios
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Acerca de este artículo
Autor
Introducción
Estamos a punto de sumergirnos en el fascinante mundo de los «bióticos». Puede que se esté preguntando qué diablos son. Todo comenzó en la antigua Grecia con la palabra bíos, que significaba «vida». A partir de esa raíz, se han creado términos como probióticos, prebióticos, posbióticos o simbióticos. No se trata solo de complicados nombres científicos; son como las diferentes partes que componen un animado vecindario, en el que cada una desempeña su propio papel para que todo funcione bien.
Imagine que acaba de mudarse a un bloque de pisos y que un amable vecino le ofrece enseñarle en barrio, señalando a todas las personas y los lugares clave que hacen que la comunidad funcione. En ello estamos: dándonos una vuelta por el barrio de «bióticos» de nuestro cuerpo.
Probióticos: los ayudantes del organismo
En nuestra ciudad de salud, los probióticos son como unos amigos beneficiosos que nos visitan: microorganismos vivos que se mudan a nuestro cuerpo y contribuyen a nuestro bienestar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Científica Internacional para Probióticos y Prebióticos (ISAPP, por sus siglas en inglés) definen los probióticos como «microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del anfitrión» 1
Para simplificar, se trata de microorganismos beneficiosos, como bacterias o levaduras, que sustentan nuestro bienestar general. Los probióticos contribuyen a nuestra salud de varias formas, a saber:
- favoreciendo un microbioma equilibrado 2
- inhibiendo la proliferación de microorganismos patógenos dentro del cuerpo humano 3
- mejorando las funciones de barrera y metabólica de los órganos objetivo 4, 5, 6
- proporcionando apoyo a la función inmunitaria 7
- y modulando diversas vías de señalización y metabólicas 8
Un error muy extendido es que todos los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir o la kombucha, son inherentemente probióticos. 9 Aunque la fermentación puede introducir bacterias beneficiosas, no todos los productos fermentados contienen cepas probióticas vivas que cumplan los criterios establecidos por las autoridades sanitarias. 10 No obstante, algunos alimentos fermentados se fermentan con microorganismos que han demostrado ser probióticos o se suplementan con una cantidad suficiente de probióticos para ofrecer beneficios para la salud.
Es indispensable leer atentamente el etiquetado y contar con fuentes fiables para asegurarnos de que consumimos productos con cultivos de probióticos validados científica y clínicamente. Además, hay quien da por hecho que los probióticos son una solución universal, pero la realidad es que distintas cepas pueden tener diferentes efectos en cada persona y su estado de salud. 1, 11 Es fundamental consultar a los profesionales sanitarios y cumplir con las guías clínicas para optimizar los beneficios de los probióticos según nuestras necesidades y circunstancias particulares.
Si quiere obtener más información sobre los probióticos, puede consultar esta sección que les hemos dedicado
Los probióticos
Prebióticos: alimento para «los buenos» y mucho más
Los prebióticos se definen como «un sustrato que utilizan selectivamente los microorganismos del anfitrión y aportan un beneficio para la salud» 12, 13 Al contrario que los probióticos, los prebióticos no son microorganismos vivos, sino más bien un tipo de combustible para las bacterias beneficiosas que viven en nuestro microbioma. Si lo simplificamos al máximo, podemos describir los prebióticos como «alimento para los probióticos»
Aunque es cierto que los prebióticos promueven la proliferación de los probióticos, sus efectos beneficiosos provienen de la actividad de la microbiota que ya está en el intestino, , la cual metaboliza estos compuestos que, indirectamente, confieren ventajas fisiológicas al anfitrión, es decir, a nosotros. Además, no toda la fibra vegetal son prebióticos, ni todos los prebióticos son fibra. 14 Esta distinción a veces se pasa por alto, lo que lleva a equivocaciones sobre sus definiciones y funciones.
Imagine a los prebióticos como los restaurantes favoritos de sus bacterias beneficiosas. Alimentos como los plátanos, la cebolla y el ajo son ricos en sustancias como la inulina y los galactooligosacáridos (GOS), que actúan como prebióticos. Cuando las bacterias beneficiosas se alimentan de estos, pueden aumentar la producción de moléculas, es decir, metabolitos, como los ácidos grasos de cadena corta (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) acetato, propionato y butirato que, a su vez, pueden mejorar nuestra salud. 15
Además de promover la salud del intestino, los prebióticos se han relacionado con la recuperación del equilibrio de la microbiota para defendernos mejor contra los microorganismos patógenos, 16 controlar el peso, 17 absorber mejor los minerales, 18 etc. Sus beneficios no se quedan solo en el intestino. 19
También les hemos dedicado una sección a los prebióticos y sus beneficios para la salud:
Prebióticos: lo esencial para comprender
Posbióticos: regalos que nos dejan los microorganismos
Una vez que los probióticos han finalizado su visita a la ciudad, se van y dejan unos regalos que conocemos como posbióticos. Son como los productos y servicios que proporcionan los negocios de una ciudad a partir de las materias primas. Entre los posbióticos se encuentran sustancias beneficiosas como vitaminas y (sidenote: Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) . Son las recompensas que recibe nuestro organismo del arduo trabajo de los probióticos.
Esta definición se ha revisado en múltiples ocasiones, y la comunidad científica finalmente se ha puesto de acuerdo en que «los posbióticos son una preparación de microorganismos inanimados o sus componentes que aportan un beneficio para la salud del anfitrión» . Esto significa que los posbióticos nos son solo los desechos «reutilizados» de los probióticos (o sus productos finales), sino que también son los propios probióticos «muertos» y fragmentos de estos. 20
Al igual que los probióticos, se ha demostrado que los posbióticos refuerzan la función de barrera, reducen la inflamación y presentan actividad antimicrobiana contra microorganismos patógenos, por lo que favorecen la salud general. 21 Sus propiedades beneficiosas van más allá del intestino, ya que son buenas para la salud vaginal y de la piel, y podrían servir como tratamiento para afecciones de estas partes del cuerpo. 22, 23
Puede que también haya escuchado otros nombres como parabióticos, paraprobióticos o proteobióticos, ya que algunos investigadores han intentado definir con más precisión el elemento o la parte del cuerpo del componente posbiótico, es decir, las células muertas, los componentes de las células y los metabolitos producidos por esas células microbianas.
- Por un lado, los parabióticos y los paraprobióticos son sinónimos que se utilizan para describir las células microbianas inactivadas, ya sea intactas o rotas; algo así como los «fantasmas» de esos microorganismos beneficiosos que todavía pueden echar una mano. 24
- Por el otro, los proteobióticos son metabolitos naturales producidos por los probióticos durante la fermentación. 25, 26
No obstante, no hay consenso sobre estas posibles definiciones, y todas se engloban en la definición de posbiótico de la ISAPP. 20
Simbióticos, trabajo en equipo y el caso de los psicobióticos
Los simbióticos son como proyectos comunitarios que reúnen a todo el mundo en pos de un objetivo común. 27 Combinan probióticos y prebióticos en un solo producto, y garantiza así que las bacterias buenas no solo tengan un lugar en el que vivir, sino también abundantes cantidades de su comida favorita desde el principio. Esta combinación, que se encuentra en algunos yogures y suplementos alimenticios, está diseñada para trabajar conjuntamente y proporcionar un beneficio aún mayor para la salud.
Por otro lado, los psicobióticos son una categoría totalmente nueva de probióticos y prebióticos que, de hecho, puede ser beneficiosa para nuestra salud mental cuando se consume adecuadamente. 28Actúa en lo que se conoce como el eje intestino-cerebro. En resumen, el intestino y el cerebro están conectados físicamente y en constante comunicación. Los microorganismos que viven en nuestro intestino envían señales al cerebro que afectan al estado de ánimo, a la capacidad cognitiva e incluso al comportamiento.
Los investigadores están entusiasmados con el potencial de los psicobióticos. En estudios iniciales , se ha observado que pueden ayudar a evitar o mejorar enfermedades neurodegenerativas, como, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson. Algunas pruebas incluso indican que los psicobióticos podrían desempeñar un papel terapéutico en el tratamiento de trastornos psiquiátricos como la depresión o la ansiedad. 29
Puede encontrar más información sobre la interacción entre el intestino y el cerebro aquí:
El eje intestino-cerebro: ¿Cuál es el papel de la microbiota?
¿Y los antibióticos?
Por último, es fundamental diferenciar los antibióticos del resto de «bióticos». Aunque los antibióticos son medicamentos indispensables para tratar infecciones bacterianas y salvar vidas, su uso indiscriminado o excesivo puede alterar gravemente el delicado equilibrio del microbioma, lo que puede tener importantes e imprevistas consecuencias. 30, 31 Estos potentes fármacos no discriminan entre bacterias dañinas y beneficiosas; esto significa que pueden diezmar las poblaciones microbianas vitales que favorecen la salud y refuerzan el sistema inmunitario.
Resistencia a los antibióticos
Además, el consumo excesivo de antibióticos contribuye al alarmante aumento de bacterias antibiorresistentes, lo que supone una grave amenaza para la salud mundial. 30 Por lo tanto, es imperativo utilizar los antibióticos con prudencia, solo cuando sea absolutamente necesario y siguiendo las indicaciones de los profesionales sanitarios.
Mantener un microbioma sano y diverso mediante probióticos, prebióticos y otros «bióticos» puede ayudar a contrarrestar parte de los daños colaterales causados por los antibióticos y a sustentar el bienestar general.
Aquí encontrará una sección específica sobre los efectos de los antibióticos en la microbiota y en su salud:
Antibióticos: ¿qué impacto en la microbiota y en nuestra salud?
Cada año, desde 2015, la OMS organiza la Semana mundial de concienciación sobre la RAM (WAAW por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es fomentar la sensibilización sobre la resistencia global antimicrobiana.
La resistencia antimicrobiana se produce cuando las bacterias, los virus, los parásitos y los hongos cambian con el tiempo y dejan de responder a los medicamentos. Debido a la resistencia a los fármacos, los antibióticos y otros medicamentos dejan de ser efectivos y las infecciones son cada vez más difíciles o incluso imposibles de tratar, lo que aumenta el riesgo de propagación de las enfermedades, de sufrir dolencias graves y de muerte.
Esta campaña, que se desarrolla del 18 al 24 de noviembre, anima al público en general, a los profesionales de la salud y a los responsables políticos a usar los antibióticos, los antivirales, los antifúngicos y los antiparasitarios con cuidado, para prevenir la aparición de nuevas resistencias antimicrobianas.