La microbiota intestinal podría estar implicada en la severidad de la COVID-19 y el desequilibrio intestinal podría persistir después de la eliminación del virus. Sin embargo, no conviene sacar conclusiones precipitadas ya que solo se trata de resultados preliminares que requieren confirmación.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, se han observado síntomas digestivos, sobre todo diarrea, en algunos pacientes. Esto ha incitado a los investigadores a analizar en detalle la microbiota intestinal de los pacientes para determinar si las bacterias, hongos y virus que viven en nuestras entrañas tienen un impacto sobre nuestras defensas inmunitarias. Aunque los resultados de un nuevo estudio realizado en Hong Kong parecen confirmar la relación entre la microbiota intestinal y la infección, serán necesarios otros estudios para confirmar estas conclusiones ya que se obtuvieron en plena acción, a principios de 2020, y adolecen de varias limitaciones metodológicas.
Disbiosis en los pacientes afectados
¿Qué nos dice este estudio realizado en pacientes de COVID-19 más bien jóvenes (edad media de 36,4 años) y con formas a menudo poco severas (47 casos leves, 45 moderados, (sidenote:
El 34% de los pacientes recibían antibióticos y el 31% presentaban comorbilidades (hipertensión, hiperlipidemia, alergias…).
))?1 En primer lugar, estos pacientes podrían presentar un desequilibrio de la microbiota intestinal (disbiosis) en comparación con las personas sanas. Su microbiota incluiría una cantidad insuficiente de ciertas bacterias que son beneficiosas para la regulación de la inmunidad. En segundo lugar, cuanto más severa era la enfermedad y mayor la cantidad de marcadores de la inflamación en la sangre de los pacientes, más desequilibrada parecía la microbiota intestinal. Es como si la microbiota intestinal desempeñara un papel en la regulación de la enfermedad mediante un ajuste de los procesos inflamatorios. Sin embargo, falta confirmar este mecanismo ya que el estudio no permite concluir si la disbiosis es la causa o la consecuencia de la severidad de los síntomas observados.
¿Un virus que desaparece y una disbiosis que persiste?
Otra observación de los investigadores: la disbiosis intestinal, que parecía acentuada por los antibióticos, podía persistir incluso después de la eliminación del virus del organismo. De ahí la siguiente hipótesis por confirmar: el desequilibrio de la microbiota intestinal podría participar en los síntomas persistentes observados en algunos pacientes.
Old sources
Bibliografia:
Yeoh YK, Zuo T, Lui GC, et al. Gut microbiota composition reflects disease severity and dysfunctional immune responses in patients with COVID-19. Gut. 2021 Apr;70(4):698-706.