El método más común para conocer las bacterias que viven en nuestros intestinos consiste en recoger muestras de heces. Si bien esta técnica ofrece la innegable ventaja de ser sencilla y no invasiva, también adolece de una limitación obvia: solo ofrece una visión residual de la microbiota intestinal sin dar cuenta de las poblaciones muy distintas que viven a lo largo de nuestro tubo digestivo.
Un muestreo selectivo
Sin embargo, es posible que muy pronto cambie esta situación. En julio de 2019, un equipo estadounidense anunció haber desarrollado una cápsula imprimible en 3D que bastaría ingerir para saber todo sobre la microbiota intestinal o, más precisamente, sobre las distintas poblaciones bacterianas que la componen. Tras la disolución de una capa protectora en el intestino delgado, este pequeño laboratorio encapsulado toma muestras de las bacterias presentes a su alrededor gracias a un sistema que funciona sin pila. Aunque la cápsula se desplaza de la misma manera que los alimentos, arrastrada por los movimientos naturales del intestino, un imán permite colocarla exactamente en la región específica que se pretende estudiar. Para evitar el riesgo de perder esta joya tecnológica al momento de su expulsión, incluye un colorante fluorescente bajo luz ultravioleta.
Los ensayos clínicos comenzarán pronto
Por supuesto, la cápsula ha sido objeto de estudios detallados, primero en tubos de ensayo (in vitro), luego en cerdos y primates (in vivo), para confirmar que era capaz de identificar las diferentes poblaciones bacterianas presentes en distintos segmentos del tubo digestivo y de evaluar su abundancia relativa. No queda más que realizar ensayos clínicos para determinar si esta cápsula también puede tener aplicaciones clínicas en el hombre.
Entender la distribución de la microbiota
“Los conocimientos sobre el papel de la microbiota intestinal en la salud y en la enfermedad son cada vez mayores”, explica Sameer Sonkusale, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad de Tufts y coautor del estudio. “En cambio, sabemos muy poco sobre su biogeografía”, esto es, su distribución a lo largo del tubo digestivo. “Esta cápsula permitirá entender mejor el papel de la distribución espacial de las poblaciones bacterianas en la microbiota intestinal y ayudará a lograr nuevos adelantos terapéuticos”.