La microbiota cutánea está bajo influencia
La microbiota cutánea de los individuos sanos parece relativamente estable, como mínimo durante un periodo de unos meses o años.3,4 Sin embargo, la composición de la microbiota de la piel humana se encuentra bajo la influencia del huésped y del entorno.
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EFECTOS DEBIDOS AL HUÉSPED
La composición de la microbiota cutánea depende estrechamente del huésped y específicamente de la edad, el sexo, la genética, el estado inmunitario, las enfermedades presentes (dermatológicas o no), la zona cutánea, las interacciones entre microorganismos, la alimentación y el estrés.2
La colonización inicial de la piel del recién nacido depende del tipo de parto4,7: los niños nacidos por vía vaginal adquieren bacterias vaginales (Lactobacillus, C. albicans); los nacidos por cesárea, microorganismos cutáneos (Staphylococcus, Streptococcus). Unas horas después del nacimiento, la secreción de sebo aumenta intensamente durante unos días, antes de decrecer.2 El sistema inmunitario, inmaduro, permite una colonización fácil, en ausencia de respuesta inflamatoria.4
En la pubertad, la microbiota cutánea se reestructura profundamente, bajo la influencia de variaciones hormonales que estimulan las secreciones sebáceas: se vuelve más rica en microorganismos lipófilos (Cutibacterium, Malassezia), cuando estaba dominada hasta el momento por Firmicutes, Bacteroidetes y Proteobacteria, y presentaba una comunidad fúngica variada.4
EFECTOS DEL ENTORNO
También son múltiples los factores extrínsecos que influyen sobre la composición de la microbiota cutánea2: estilo de vida, higiene doméstica y personal, cohabitación, lugar geográfico de vida, irradiación solar, profesión (y la indumentaria que impone), etc. Por ejemplo, los contactos con los demás seres humanos, pero también los animales domésticos y los objetos (teléfono, teclado, aula escolar, etc.), modifican la microbiota cutánea y explican las similitudes observadas entre los microorganismos de los miembros de un mismo hogar o grupo.3
Además, las diferentes zonas de la piel no están sometidas a las mismas condiciones de un entorno determinado: algunas entran más a menudo en contacto (mano), otras se ven menos expuestas a los ultravioletas, etc.3,4 No obstante, la microbiota cutánea se mantiene relativamente estable en la edad adulta, lo cual explica por qué existen interacciones beneficiosas recíprocas entre los microorganismos y el huésped.6