Microbiota del lactante: ¡papá, te toca!
Las mujeres no dejan de repetirlo: los padres tienen un papel importante que desempeñar en el desarrollo de sus hijos. La ciencia 1 acaba de demostrar que esto también es aplicable a la microbiota del bebé: mientras que las madres les transmiten parte de su flora durante el parto, los padres aportan la otra mitad. Esta transferencia resulta aún más importante cuando el bebé nace por cesárea, ya que le falta la flora materna.
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Acerca de este artículo
Uno de los grandes inconvenientes de la cesárea es que al no nacer por vía vaginal, el bebé no tiene tiempo de saborear (en el sentido original de la palabra) las bacterias vaginales y fecales de su madre. Aunque esta «comida» no parezca muy apetitosa a primera vista, no deja de ser vital para el desarrollo del niño y de su microbiota. Incluso se cree que esto explica la mayor incidencia de enfermedades autoinmunes, asma y obesidad en los niños nacidos por cesárea. Privados de este festín real, los recién nacidos extraídos con bisturí del vientre de su madre no reciben todas las bacterias beneficiosas necesarias para su desarrollo inmunitario y neurológico. Este problema está lejos de ser insignificante puesto que uno de cada cuatro niños nace por cesárea.
La solución: ¡los papás!
Por ello, la investigación ha buscado soluciones, entre ellas la transferencia de flora vaginal de la madre al recién nacido. Dentro de los dos minutos del nacimiento, se frota la boca, la cara y el cuerpo del niño con una gasa previamente introducida en la vagina de la madre. Sin embargo, los resultados no han estado a la altura de las expectativas.
1/4 Las cesáreas representan actualmente más de una cuarta parte de los partos en todo el mundo. ¹
El 60% de las mujeres ignora que la forma de dar a luz puede influir en la microbiota intestinal de los recién nacidos. ²
Afortunadamente, un estudio publicado a mediados de 2024 sugiere una solución mucho más sencilla: ¡los papás! Aunque la madre es la principal proveedora de flora intestinal durante los primeros días de vida del bebé, el padre (¡y el resto de la familia!) también desempeña un papel importante, que se va reforzando con el paso de los meses.
Cuando el niño cumple un año, la contribución de los papás es incluso equivalente a la de las mamás, pero con una gran ventaja: mientras que las transferencias de bacterias maternas dependen de la vía de parto, el padre representa una fuente estable. Otra ventaja es que las bacterias paternas y maternas resultan ser diferentes: ¡dos fuentes complementarias para construir una microbiota sólida para el recién nacido!
Transferencia de microbiota fecal y probióticos
El trabajo de los investigadores no se limitó a este aspecto: proponen además una ayuda extra para reforzar la flora intestinal de los recién nacidos. Pero se acabaron las gasas impregnadas con la microbiota vaginal de la madre; en su lugar, una transferencia de la flora fecal materna parece mucho más eficaz para que un bebé nacido por cesárea adquiera rápidamente una microbiota intestinal sana, capaz de resistir el embate de los patógenos.
Y como la naturaleza está bien hecha, se establecen principalmente bacterias capaces de descomponer los azúcares de la leche materna. En el futuro, se podrían desarrollar probióticos a base de todas estas cepas bacterianas para reforzar la microbiota de los lactantes.