Embarazo: comunicación entre la microbiota intestinal materna y el feto
Un equipo de investigadores puso en evidencia por primera vez, en el líquido amniótico de mujeres embarazadas, la presencia de minúsculas vesículas procedentes de la microbiota intestinal. Estas podrían desempeñar un papel fundamental en la futura inmunidad del recién nacido.
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Acerca de este artículo
Es un descubrimiento sorprendente el que acaba de hacer un equipo de investigadores finlandeses.
Los microorganismos de la microbiota intestinal de las mujeres embarazadas producen minúsculas vesículas —llamadas vesículas extracelulares (VE)—, formadas por material bacteriano, que son capaces de atravesar la barrera placentaria y llegar al líquido amniótico en el que está inmerso el feto. 1 Podrían contribuir al desarrollo adecuado de su futura inmunidad.
¿Lo sabía?
La microbiota de los niños muy pequeños contiene una cantidad extraordinaria de… ¡virus! Un equipo de investigadores daneses analizó las heces de 647 niños de 1 año e identificaron 10 000 especies víricas, una gran mayoría de las cuales eran desconocidas hasta ahora. 2 ¡Pero, tranquilos, estos virus son aliados! El 90% de ellos son «bacteriófagos» capaces de transferir genes a las bacterias y hacerlas más competitivas. Al evitar que ciertas cepas bacterianas proliferen demasiado, estos fagos contribuyen también al mantenimiento del equilibrio de la microbiota. Por lo tanto, podrían desempeñar un papel importante en la formación del sistema inmunitario del niño y, potencialmente, estar implicados en ciertas disfunciones. Continuará…
La microbiota del feto, ¿el final de una controversia?
Este descubrimiento debería poner fin a un debate que agita a la comunidad científica desde hace varios años: ¿el feto posee una microbiota?
Varios estudios habían descrito la presencia de ADN bacteriano en el líquido amniótico, el (sidenote: Meconio Primeras “heces” del bebé, correspondientes a la evacuación del líquido amniótico absorbido in utero. El meconio permite identificar aquellos microorganismos que tapizan el tracto digestivo del feto. ) y la placenta. Pero su origen era misterioso y numerosos investigadores eran escépticos en cuanto a la presencia de bacterias vivas enteras cerca del feto.
Hoy se sabe que este ADN podría provenir de VE procedentes de la microbiota materna.
Las VE, conocidas desde hace unos veinte años, están formadas por una membrana que contiene diversas moléculas bacterianas: proteínas, lípidos, ADN, ARN… Son capaces de pasar a la sangre, ser transferidas a las células o los tejidos y modular su funcionamiento. Por lo tanto, constituyen un medio de comunicación único entre la microbiota y el organismo huésped.
Comunicación por medio de vesículas
Hasta ahora, nadie había investigado todavía el papel de las VE en la gestación y aún menos había demostrado su presencia en el entorno fetal.
Anne Kaisanlahti y sus colaboradores de la Universidad de Oulu, en Finlandia, reunieron a 25 mujeres embarazadas y recogieron muestras de sus heces.
Todas dieron a luz por cesárea, lo cual permitió a los científicos obtener líquido amniótico en condiciones óptimas de esterilidad. Después buscaron VE en todas las muestras.
Resultado: las vesículas están presentes, tanto en las heces como en el líquido amniótico, y presentan numerosas semejanzas que indican un origen común.
Cabe señalar que los autores emiten una hipótesis. En realidad, la mayoría de las vesículas identificadas en el líquido amniótico son probablemente residuos celulares de la madre o del feto.
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Un intestino listo para acoger a la microbiota
Inyectando VE maternas de origen fecal humanas a ratonas gestantes, los investigadores demostraron después que estas aparecían en el líquido amniótico, lo cual demuestra que son capaces de migrar al organismo y atravesar la barrera placentaria.
Según la hipótesis de los investigadores, una vez ingeridas por el feto, las VE exponen al intestino fetal a componentes bacterianos, lo que le permite familiarizarse muy pronto y con total seguridad con los microbios intestinales que lo colonizarán después del nacimiento. Por lo tanto, podrían desempeñar un papel inmunitario fundamental para su futura salud.