Un equipo de investigadores confirmó la presencia de ADN bacteriano en el líquido amniótico de la mujer embarazada y en el tracto digestivo del feto. Estos microorganismos podrían afectar al desarrollo intrauterino, especialmente al del sistema inmunitario del bebé.
“El feto crece en un entorno estéril”. Este dogma, antiguamente indiscutible, se ha puesto en tela de juicio desde que varios expertos descubrieron rastros de ADN bacteriano en el líquido amniótico y en el (sidenote:
Meconio
Primeras “heces” del bebé, correspondientes a la evacuación del líquido amniótico absorbido in utero. El meconio permite identificar aquellos microorganismos que tapizan el tracto digestivo del feto.
), ambos representativos del medio intrauterino. La presencia de microorganismos es especialmente importante ya que puede tener un impacto en el desarrollo de la inmunidad del niño y modelar la constitución de su microbiota.
Una técnica innovadora de análisis de ADN
Con el objetivo de confirmar la existencia de microbios e identificarlos, un equipo de investigadores australianos analizó el ADN bacteriano presente en el líquido amniótico de 50 mujeres embarazadas y en el meconio de sus hijos nacidos por cesárea electiva. Esta técnica específica permite reducir al máximo el riesgo de contaminación (durante la manipulación, por ejemplo) y, por tanto, de alteración de los resultados.
Bacterias por todas partes…
Los análisis de ADN revelaron la presencia de bacterias, a veces comunes a ambos medios, en la gran mayoría de las muestras estudiadas. Aunque se desconoce la causa (posiblemente una contaminación externa a pesar de las precauciones tomadas), una especie no patógena aparece de forma predominante en el meconio: Pelomonas puraquae. El líquido amniótico contiene ADN de bacterias comensales (“normales”) de la piel, principalmente Propionibacterium acnes y estafilococos. También se encontraron en el meconio moléculas beneficiosas producidas por bacterias, básicamente ácidos grasos de cadena corta, conocidos por sus efectos protectores para la salud. Todas estas observaciones llevan a la conclusión de que el entorno fetal no es estéril y que la composición de su “microbiota” podría influir en la futura salud del bebé.
Old sources
Bibliografia :
L. Stinson, M. Boyce, M. Payne, et al. The Not-so-Sterile Womb: Evidence That the Human Fetus Is Exposed to Bacteria Prior to Birth. Front Microbiol. 10 :1024. 2019