El «baby blues» afecta a muchas madres después del parto. Algunas de ellas (incluso, a veces, su pareja) pueden sufrir una forma mucho más severa y duradera conocida con el nombre de depresión posparto. A menudo se desconocen las causas precisas de esta depresión y solamente es posible aislar algunos factores de riesgo de naturaleza genética o ambiental. Según un estudio reciente publicado en una revista científica, la microbiota intestinal también podría estar implicada.
Modificación de la microbiota intestinal
Varios estudios ya han demostrado que ciertas alteraciones de la microbiota intestinal pueden influir en algunos trastornos depresivos. En especial, parece existir una relación entre la ansiedad al final del embarazo y el desequilibrio de la microbiota intestinal. En este nuevo estudio realizado en unas sesenta mujeres, la composición de la microbiota intestinal presentaba alteraciones en las mujeres con depresión posparto con respecto a las mujeres sanas. Además, se observó una correlación entre la severidad de los síntomas depresivos y la presencia de ciertas especies bacterianas.
Hormonas sexuales en el centro del problema
Este desequilibrio intestinal (disbiosis) podría tener como causa una secreción anormal de hormonas sexuales. Aunque se ha señalado la implicación de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona) en la aparición de la depresión posparto, este nuevo estudio muestra que podrían desempeñar un papel importante en la alteración de la microbiota intestinal de las pacientes afectadas.
Una nueva vía de diagnóstico y tratamiento
Estos resultados podrían ayudar a los investigadores a explorar más a fondo las causas subyacentes de la depresión posparto. Aunque los argumentos científicos todavía son insuficientes para hacer afirmaciones terminantes, las características de la microbiota identificadas en este estudio podrían convertirse en buenos marcadores diagnósticos potenciales o proporcionar indicios importantes para futuros tratamientos.