Depresión : ¿se encuentra la clave del diagnóstico en la microbiota intestinal?
Gracias a una cartografía precisa de los microorganismos y compuestos que conforman la microbiota intestinal, un equipo de investigadores desarrolló un nuevo método de diagnóstico del trastorno depresivo mayor.
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Acerca de este artículo
La microbiota intestinal se compone de distintos microorganismos que sintetizan compuestos llamados metabolitos, los cuales son imprescindibles para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Durante la última década, los investigadores demostraron que existe una relación entre las alteraciones de la microbiota y distintas enfermedades, entre las cuales figura el trastorno depresivo mayor (TDM), una afección psiquiátrica con graves consecuencias sociales. Un estudio reciente confirma esta relación y profundiza en el tema utilizando la microbiota intestinal como herramienta de diagnóstico.
Topografía más precisa de la microbiota
Ante la falta de biomarcadores fáciles de medir, el diagnóstico del TDM suele basarse exclusivamente en una entrevista con el paciente, por lo que a menudo resulta erróneo o incompleto. Con el objetivo de obtener una imagen precisa de la microbiota intestinal de pacientes depresivos, los investigadores examinaron las bacterias, los virus y sus metabolitos respectivos en las heces de un centenar de pacientes con TDM y un centenar de controles sanos. Según ellos, estos biomarcadores, en complemento de entrevistas clínicas, podrían ayudar a diagnosticar la depresión. El análisis realizado en una segunda cohorte indicó que el uso de estos biomarcadores permitía discriminar a los pacientes con TDM con una precisión superior al 90% en ambas cohortes.
¿El eje intestino-cerebro en el centro de la depresión?
La cartografía también reveló que en las heces de pacientes con TDM se midieron cantidades más bajas de GABA, un neurotransmisor que reduce la actividad cerebral. Según los investigadores, esta reducción modulada por la composición bacteriana diferente de la microbiota de estos pacientes podría estar implicada en el desarrollo del TDM. Los autores plantean la hipótesis de una posible correlación entre la menor concentración intestinal de GABA y una disfunción de este neurotransmisor en el cerebro de los pacientes con TDM, hipótesis que tendería a confirmar el papel del eje intestino-cerebro en el trastorno depresivo mayor. Así pues, este estudio representa una nueva esperanza en el diagnóstico del TDM.
Bibliografia:
Yang J, Zheng P, Li Y et al. Landscapes of bacterial and metabolic signatures and their interaction in major depressive disorders. Sci Adv. 2020 Dec 2;6(49):eaba8555. doi: 10.1126/sciadv.aba8555