Los hongos de la microbiota podrían estar implicados en la depresión del adolescente
No solo las bacterias de la microbiota intestinal están implicadas en la depresión. También lo están los hongos microscópicos que pueblan el colon. Al menos esto es lo que sugiere un estudio realizado en adolescentes chinos.
- Descubrir las microbiotas
- Microbiota y trastornos asociados
- Actuar en nuestras microbiotas
- Publicaciones
- Acerca del Instituto
Área para profesionales sanitarios
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Acerca de este artículo
¿Existe una relación entre la depresión y los hongos microscópicos que pueblan nuestros intestinos junto con las bacterias y los virus?
Es lo que sugiere un estudio realizado en pacientes adolescentes, cuyos resultados acaban de publicarse en el Journal of Affective Disorders.1 ¡Una prueba más de la existencia de un eje intestino-cerebro!
Los hongos intestinales de 300 adolescentes bajo la lupa
Para llegar a este resultado, un equipo de investigadores chinos incluyó en un estudio a 145 adolescentes de 12 a 18 años con depresión. Obtuvieron 2 g de heces de cada uno de ellos y analizaron la composición de hongos (que conforman la «micobiota») y bacterias de su microbiota intestinal. Después compararon estos análisis con los de las heces de un grupo de 110 niños sin problemas de salud mental.
¿Qué muestran los resultados
En primer lugar, que existen diferencias significativas en términos de composición entre la micobiota de los adolescentes depresivos y la de los que no padecen depresión.
Cerca de 1 europeo de cada 2 no sabe que la microbiota contiene hongos
¿No sabía que la microbiota contiene hongos, además de virus y bacterias? ¡No se avergüence porque está claro que no es el único! A juzgar por el resultado del Observatorio Internacional de las Microbiotas, un amplio estudio realizado por Ipsos con 6500 personas de 7 países, cerca de 1 europeo de cada 2 no sabe que las microbiotas se componen de bacterias, hongos y virus (46%). También es el caso de 1 brasileño de cada 2 y de 1 chino de cada 2.
«Disbiosis fúngica»
Los autores hablan de una « (sidenote: Disbiosis La disbiosis no es un fenómeno homogéneo ya que varía en función del estado de salud de cada individuo. Se define generalmente como una alteración de la composición y funcionamiento de la microbiota, provocada por un conjunto de factores ambientales y relacionados con el individuo, que alteran el ecosistema microbiano. Levy M, Kolodziejczyk AA, Thaiss CA, et al. Dysbiosis and the immune system. Nat Rev Immunol. 2017;17(4):219-232. ) fúngica» en los primeros, con más Saccharomyces y Apiotrichum, pero menos Aspergillus y Xeromyces que en los segundos. Este tipo de disbiosis ya se ha observado en niños con autismo o el síndrome de Rett.
¿Por qué este resultado es interesante? Porque varios estudios previos demostraron que los hongos son capaces de sintetizar moléculas capaces de llegar al cerebro e inducir un comportamiento depresivo. Por ejemplo, Aspergillus es capaz de modular indirectamente la inflamación del sistema nervioso central y modificar su funcionamiento.
La micobiota, pilar de la salud humana
Menos numerosos que las bacterias (solo el 0,1% de los microorganismos intestinales), menos conocidos y menos estudiados, los hongos microscópicos de la microbiota —llamados colectivamente «micobiota»— no son menos cruciales para la salud.
Según un análisis publicado en 2022 en The Lancet2 :
- Desempeñan un papel importante en la regulación de la homeostasis y la inmunidad.
- Su desequilibrio podría tener repercusiones en ciertas afecciones tales como las enfermedades inflamatorias del intestino, el cáncer colorrectal y pancreático, la obesidad, la diabetes, el autismo, la enfermedad de Alzheimer, etc.
Interactúan de forma permanente con las bacterias intestinales y las células inmunitarias a través de diversas sustancia (péptidos, (sidenote: Ácidos grasos de cadena corta (AGCC) Los ácidos grasos de cadena corta son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25. ) , citocinas…).
El mantenimiento de sus interacciones con las bacterias de la microbiota podría ser una garantía de buena salud.
Influencia en las bacterias de la microbiota intestinal
Otro resultado: en los adolescentes deprimidos, la presencia de ciertos hongos se asoció a la de ciertas bacterias, lo cual indica una estrecha interacción entre estos dos grandes grupos de microorganismos.
Por otra parte, estas conexiones entre las poblaciones fúngicas y bacterianas estaban claramente alteradas con respecto a los adolescentes sanos. Se sabe que la existencia de estrechas interacciones entre bacterias y hongos constituye una garantía de estabilidad del ecosistema microbiano.
Por ejemplo, en la microbiota intestinal de los adolescentes deprimidos, el hongo Penicillium y la bacteria Faecalibacterium estaban conjuntamente disminuidos; los investigadores conocen bien la bacteria Faecalibacterium prausnitzii por sus propiedades antiinflamatorias y su potencial efecto ansiolítico y antidepresivo (en animales). A la inversa, el hongo Candida, conocido por sus efectos nocivos en la salud, mostró una correlación positiva con Bacteroides y Parasutterella, y esta «presencia conjunta» se asocia potencialmente a la depresión.
La microbiota intestinal
Hacia nuevos tratamientos de la depresión
Este estudio es el primero que explora las relaciones entre la microbiota y la depresión en adolescentes. Aunque falta confirmarlos, estos resultados abren nuevas perspectivas, por ejemplo, las de poder un día modular la microbiota intestinal —gracias a la utilización de probióticos, prebióticos, medicamentos antifúngicos, trasplante de micobiota fecal, etc.— para curar la depresión, una enfermedad cuyo tratamiento sigue siendo deficiente en la actualidad.