Trasplante fecal e infección recurrente por Clostridium difficile: papel importante de los bacteriófagos en los donantes
Según los resultados de un estudio canadiense, la diversidad y la abundancia relativa de bacteriófagos en los donantes podría influir en el éxito de los trasplantes fecales en pacientes con infecciones recurrentes por Clostridium difficile.
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Acerca de este artículo
A pesar de los buenos resultados obtenidos con el trasplante de microbiota fecal (TMF) como primera línea de tratamiento para las infecciones por C. difficile (ICD) recurrentes, del 8 al 50% de los pacientes sufren recaídas. Varios estudios recientes resaltan la posible influencia de los bacteriófagos –virus depredadores de bacterias de la microbiota intestinal– en el éxito de los trasplantes fecales. Un equipo canadiense estudió los efectos de las poblaciones de bacteriófagos de los donantes y de los pacientes con ICD recurrentes tratados con TMF mediante colonoscopia.
Efecto del TMF en los bacteriófagos
Como era de esperar, los 19 receptores de este ensayo tenían una microbiota bacteriana intestinal menos diversa en comparación con la de los 7 donantes. Sin embargo, la diversidad de sus bacteriófagos era mayor que la de los donantes y los 96 controles, posiblemente debido a la administración de vancomicina durante las 24 horas anteriores al trasplante, un fármaco que podría facilitar la inducción de fagos. No obstante, el TMF fue eficaz desde la primera administración en 12 de los pacientes y causó una reducción de esta diversidad anormal. En los 7 pacientes que recibieron un segundo TMF, no se consiguió reducir la diversidad de bacteriófagos sino hasta el segundo intento.
Importancia del perfil de los donantes
Desde el punto de vista bacteriano, tras la realización de un trasplante eficaz, el perfil de los receptores se aproxima al de los donantes: se observó un aumento de Bacteroidetes y Firmicutes y una reducción de Proteobacteria que hasta entonces era el filo dominante (principalmente especies de los géneros Klebsiella y Escherichia). Sin embargo, no se observó ninguna diferencia significativa entre los pacientes que respondieron al primer trasplante y el resto de los pacientes. Por el contrario, se detectó una posible correlación entre los bacteriófagos de los donantes y el resultado positivo o negativo del trasplante: una mayor diversidad así como una abundancia relativa reducida se asociaron con el éxito del TMF. No obstante, , los investigadores consideran que estos resultados no son más que la “punta del iceberg” y piden que, antes de utilizar la composición de bacteriófagos como criterio para pronosticar el éxito del TMF en el tratamiento de las ICD recurrentes, se estudie de manera más exhaustiva este componente de la flora intestinal todavía desconocido.
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