Alcoholismo: explicar los trastornos sociales gracias a la microbiota
La microbiota de los pacientes alcohólicos podría alterar la regulación del metabolismo de los cuerpos cetónicos y producir trastornos neuroconductuales: esta es la conclusión de un estudio sobre el trasplante de microbiota a ratones, corroborada por observaciones en el ser humano.
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Acerca de este artículo
Introversión, ansiedad social, etc.: en las personas alcohólicas, se observan alteraciones del comportamiento social capaces de facilitar las recaídas. Además, el consumo de alcohol puede producir una disbiosis de la microbiota intestinal y se sabe que esta microbiota es capaz de modificar el comportamiento de los roedores. De ahí la hipótesis de su implicación en los problemas de sociabilidad asociados al alcoholismo. Para probar dicha hipótesis, un equipo de investigadores trasplantó a ratones la microbiota de pacientes alcohólicos con disbiosis (carga bacteriana reducida, déficit de Faecalibacterium prausnitzii y aumento de la abundancia de Lachnospiraceae), permeabilidad intestinal y trastornos psicológicos (ansiedad, pulsiones alcohólicas, alteración de la sociabilidad...).
La microbiota por sí sola basta para modificar el comportamiento
¿Resultados? Los ratones trasplantados (TMF)1 buscan menos las interacciones sociales y muestran una tendencia a la depresión, además de una concentración de corticosterona más elevada, y por tanto más estrés. En la corteza prefrontal y el núcleo estriado se observa una alteración de la mielinización y de la neurotransmisión, además de inflamación.
β-hidroxibutirato: ¿un mediador metabólico?
El β-hidroxibutirato (BHB), un cuerpo cetónico producido por el hígado que puede servir de fuente de energía a las neuronas, podría estar implicado en los trastornos conductuales y cerebrales observados. Muestra una concentración reducida en los ratones sometidos a TMF y forma parte de los metabolitos que permiten diferenciarlos de los controles. Los trabajos en otro modelo animal y en el ser humano corroboran la implicación del BHB: en el ratón, el aumento de la concentración circulante de BHB a raíz de una dieta cetogénica mejora las competencias sociales y la mielinización, y reduce la inflamación cerebral; en los pacientes alcohólicos, una baja concentración circulante de BHB se asocia a un aumento de la ansiedad social, la depresión y las ganas de beber, y a una menor integridad de la materia blanca (uno de cuyos determinantes es la mielinización).
¿Está implicado el etanol microbiano?
¿Cómo puede actuar la microbiota sobre la concentración circulante de BHB? En los pacientes alcohólicos, la microbiota produce etanol, incluso en caso de abstinencia alcohólica prolongada; esta observación se confirmó en los ratones sometidos a TMF. Según los autores, el alcohol podría inhibir la enzima Hmgcs2 y el factor de transcripción PPAr-α implicados en la síntesis de BHB. De hecho, en los ratones sometidos a TMF se observa una reducción de la expresión de estas dos moléculas. La restauración de la microbiota o del metabolismo de los cuerpos cetónicos es una de las vías clínicas potenciales que podrían derivarse de estos trabajos. Mediante una modulación favorable del eje intestino-cerebro, podría contribuir a limitar las recaídas.
1 Trasplante de microbiota fecal.