Microbiota Intestinal #22
Por la Prof. Satu Pekkala
Becaria de investigación de la Academia de Finlandia, Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud, Universidad de Jyväskylä, Finlandia
Espacio para el público general
Encuentra aquí tu espacio dedicado
en_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Capítulos

Acerca de este artículo
Conexiones del microbioma con futuros trastornos del desarrollo neurológico infantil
Los trastornos del desarrollo neurológico (TDN), como el trastorno del espectro autista (TEA) afectan gravemente al sistema nervioso central. Con frecuencia, las personas con TEA presentan síntomas gastrointestinales (GI) concomitantes, que se pueden explicar por un eje intestino-cerebro disfuncional. Sin embargo, aún no está claro cómo puede afectar el microbioma a la aparición de TDN. Este estudio siguió una cohorte de nacimientos de Suecia (n=16 440) durante más de 20 años, y estudió las asociaciones de varios biomarcadores, incluida la microbiota, con futuros diagnósticos de TDN. Entre los factores de riesgo de TDN en los primeros años de vida, se identificaron las infecciones y la exposición a los antibióticos, especialmente en personas con TEA. Además, varias especies de microbiota intestinal, en particular las pertenecientes al tipo Firmicutes, se asocian a problemas gastrointestinales. Los niños que tenían otitis frecuentes eran más propensos a ser diagnosticados con TEA, mientras que la exposición a sustancias químicas nocivas predisponía al trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). En los casos de TEA, al nacer y al año de edad, se estudiaron el metaboloma y el lipidoma del plasma del cordón umbilical, así como el metaboloma de las heces. En neonatos que después desarrollarían TEA se detectó una disminución de lípidos fundamentales, como el ácido α-linolénico y los ácidos biliares que pueden indicar inflamación. La aparición de la disbiosis microbiana intestinal se produjo en una etapa temprana de la vida y se asoció, por ejemplo, con ácidos grasos y precursores de neurotransmisores. Akkermansia muciniphila, beneficiosa para la salud e inmunomoduladora, estaba ausente en lactantes que más tarde serían diagnosticados de TEA, pero no se asoció con el diagnóstico futuro de TDAH. Los géneros Akkermansia y Coprococcus, disminuidos en lactantes con un TDN futuro, se asociaron positivamente con precursores de neurotransmisores fecales y vitaminas esenciales.
En conclusión, en conjunto, los hallazgos de este estudio sugieren que los orígenes en los primeros año de vida de los TDN están marcados por la microbiota intestinal. Esto ofrece una base para el desarrollo de intervenciones tempranas para manejar los TDN y podría servir como herramienta para predecir TDN en los primeros años de vida.
La relación causal entre la microbiota intestinal y las enfermedades inmunitarias de la piel
Un número cada vez mayor de estudios señala que muchas enfermedades cutáneas están relacionadas con el equilibrio general del cuerpo, incluida la homeostasis de la microbiota intestinal. La psoriasis (PSO), la dermatitis atópica (DA), el acné y el liquen plano son los trastornos cutáneos más habituales. La PSO y la DA se han relacionado con la salud intestinal, y numerosos estudios han demostrado asociaciones entre el acné y el desequilibrio de la microbiota intestinal. Sin embargo, sigue sin estar claro si estas asociaciones reflejan una relación causal.

En este estudio, los datos resumidos de la asociación genética completa para la microbiota intestinal, la psoriasis, la dermatitis atópica, el acné y el liquen plano se extrajeron de bases de datos públicas. A continuación, los autores utilizaron el análisis de aleatorización mendeliana (AM) bidireccional de dos muestras para investigar la posible relación causal entre la microbiota intestinal y las enfermedades cutáneas. En el estudio se incluyó a un total de 18.340 personas, y se identificaron polimorfismos de un solo nucleótido (PSN) significativos en todo el genoma asociados con taxones de microbiota intestinal.
Los autores descubrieron que había cinco géneros asociados en el grupo PSO, siete géneros asociados en el grupo DA, un total de diez géneros asociados en el grupo de acné, y cuatro géneros asociados en el grupo de liquen plano. Sin embargo, cuando se corrigieron los resultados con la tasa de descubrimiento falso, solo la relación causal entre el grupo Eubacterium fissicatena y PSO siguió siendo significativa. Teniendo en cuenta la validación cruzada con los resultados de la proyección, el análisis de RM inverso no arrojó los mismos resultados que la proyección.
Los autores terminan diciendo que los resultados mostraron una relación causal entre la microbiota intestinal y las enfermedades cutáneas inmunitarias y ofrecen una nueva perspectiva terapéutica para el estudio de enfermedades inmunitarias. Sin embargo, solo en el grupo del género Eubacterium fissicatena se observó una relación significativa con una de las dermatosis estudiadas.
Longitudinal gut microbiome changes in immune checkpoint blockade-treated advanced melanoma
Los inhibidores de puntos de control inmunitario (IPCI) prolongan la supervivencia de pacientes con distintos tipos de cáncer en estadios avanzados. Sin embargo, solo un subconjunto de pacientes reacciona favorablemente a los IPCI, lo que puede estar relacionado con el microbioma intestinal, pero los estudios transversales de campo presentan hallazgos contradictorios. Por esta razón se requieren estudios longitudinales.

En este estudio, se trató a 175 pacientes con IPCI para melanoma avanzado, y se analizó el microbioma con secuenciación indiscriminada durante las primeras 12 semanas del tratamiento. En última instancia, la supervivencia libre de progresión (SLP) se definió como el tiempo transcurrido desde la inmunoterapia inicial hasta la progresión de la enfermedad o la muerte, y se compararon pacientes con una SLP de 12 meses o más con pacientes con una SLP inferior a 12 meses. Los resultados demuestran que los pacientes con SLP <12 meses presentaban una mayor abundancia de taxones que se han asociado con enfermedades inflamatorias. Por el contrario, varios taxones considerados «proinflamatorios» aumentaron en pacientes con SLP ≥ 12 meses. Curiosamente, había cinco taxones sistemáticamente más altos en pacientes con SLP ≥ 12 meses. Más concretamente, el grupo A. butyriciproducens, I. bartlettii, Dorea sp. AF24 7LB, el grupo L. gasseri y L. celerecrescens eran más altos en SLP ≥ 12 meses, mientras que otros cuatro taxones eran sistemáticamente más altos en pacientes con SLP <12 meses (R. lactatiformans, grupo R. SGB15265 sin clasificar, P. copri subtipo A y una especie sin identificar del tipo Bacteroidetes). A continuación, los autores probaron las posibilidades de generalización de los resultados utilizando seis cohortes independientes con melanoma. Solamente en la cohorte con un número razonablemente grande de pacientes (N = 112) se pudo discriminar entre pacientes con SLP ≥ 12 y SLP <12 meses.
Los autores llegaron a la conclusión de que su estudio señala la naturaleza dinámica del microbioma intestinal e indica que el perfilado longitudinal es fundamental para guiar las intervenciones dirigidas al microbioma para mejorar los resultados del tratamiento del melanoma avanzado.