Temas sobre el microbioma en el congreso gastro 2021
De vuelta del congreso
Por el Prof. Eamonn M M Quigley
Lynda K y David M Underwood Centro de Trastornos Digestivos, Servicio de Gastroenterología y Hepatología, Hospital Metodista de Houston y Facultad de Medicina Weill Cornell, Houston, Texas, EE. UU
Espacio para el público general
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Capítulos
Acerca de este artículo
La celebración del WCOG 2020 se había previsto para finales de 2020 en Praga, la capital de la República Checa, pero hubo que posponerla debido a la pandemia de la COVID, y terminó celebrándose en formato híbrido del 9 al 11 de diciembre de 2021. Gracias a la diligencia y la capacidad de organización de todos los interesados, se desarrolló una excelente plataforma virtual que permitió la retransmisión a todo el mundo de simposios que trataron todas las facetas de la especialidad, charlas magistrales especiales, trabajos libres originales y pósteres. En estas sesiones, expertos de todo el mundo se unieron a profesores universitarios de la República Checa para abordar temas “candentes” y controvertidos por igual. Aquí nos centraremos en el microbioma intestinal.
Salud Digestiva, patrocinado por la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO), fue “Microbioma intestinal: una perspectiva global”. Eamonn MM Quigley, en nombre de los numerosos colegas que contribuyeron a este programa, hizo un resumen con una visión general del microbioma intestinal. Fueron definidos los factores que afectan al microbioma y conforman su desarrollo durante ese período decisivo y vulnerable que abarca desde el nacimiento hasta la primera infancia, y se hizo hincapié en el papel de la alimentación a lo largo de la vida de la persona. Aunque se ha sugerido una influencia del microbioma en varios grados de la enfermedad, numerosos estudios han descrito una asociación, no una causalidad.
Una de las enfermedades en las que la función del microbioma ha generado mucha expectación es el síndrome del intestino irritable (SII). Mirjana Rajilic-Stojanovic exploró esta cuestión en detalle y señaló los factores que complican la interpretación de los estudios del microbioma en el SII (por ejemplo, un tamaño reducido de la población del estudio, una heterogeneidad del fenotipo, diseños variables de los estudios) que, sin duda, contribuyen a la falta de una firma microbiana homogénea para el SII. Nos alertó sobre dos organismos que pueden ser de especial interés: Methanobrevibacter smithii y Faecalibacterium prausnitzii; el primero por su producción de metano y el segundo por la función que desempeña al señalizar las células enterocromafines, lo que lleva a un aumento de la biosíntesis de serotonina, un neurotransmisor fundamental del sistema nervioso entérico y diana terapéutica de gran parte de la farmacología del SII.
Trasplante de microbiota fecal
El microbioma presenta un enorme potencial terapéutico. Francisco Guarner actualizó las directrices de la WGO sobre los probióticos y Pavel Drastich abordó el fascinante tema del trasplante de microbiota fecal (TMF). Contrastó la eficacia del TFM en la enfermedad relacionada con Clostridioides difficile con datos mucho más variados de otros estados de enfermedades. De entre estas, la colitis ulcerosa es la que ofrece los mejores datos (aunque se siguen considerando solo de calidad moderada). Aquí, la interpretación de los resultados se ve obstaculizada por los mismos factores que confunden en tantos estudios del TMF: variabilidad en la selección de la población, en los criterios de valoración y en el protocolo del estudio. Esto incluye variables tan discutibles como el uso de heces frescas frente a congeladas, la vía de administración (nasoyeyunal, mediante enema, cápsula colonoscópica o cápsula ingerida), el número de tratamientos (único o múltiple) y el origen del material (de donante único o combinado de múltiples donantes). Lo más fascinante fue la visión que ofreció sobre el futuro del TMF, para el que predijo una evolución desde el TMF tal y como lo conocemos actualmente (es decir, muestras de heces enteras) pasando por el desarrollo de combinaciones o consorcios específicos de microbios (un ámbito de frenética actividad científica y comercial) hasta la elaboración de compuestos activos biológica y terapéuticamente a partir de microbios. Mirjana Rajilic-Stojanovic desarrolló tanto las promesas como las limitaciones del TMF en el SII. Aquí, las variables de confusión aparecen claramente: un fenotipo muy heterogéneo con un amplio abanico de síntomas, de gravedad variable y que fluctúan con el tiempo; un entendimiento incompleto de la función del microbioma y, en el mejor de los casos, un concepto especulativo sobre cómo actúa el TMF. No es de extrañar que los resultados, hasta la fecha, sean tan variables.
Situación actual de la investigación sobre la microbiota
Francisco Guarner dirigió una de las sesiones inaugurales del programa sobre un tema que he reservado para el final: la situación actual de la investigación sobre la microbiota. Como de costumbre, fue una ponencia reflexiva, perspicaz y muy oportuna, dado el impacto de la epidemia de COVID-19 y la crisis mundial de resistencia a los antibióticos. ¿Necesitamos más recordatorios sobre la importancia de los microbios que conviven con nosotros en este planeta? Volvió al tema global ilustrando la implicación de una mala alimentación en el riesgo de mortalidad mundial, pero señaló hábilmente que esta misma alimentación no solo empobrece a los humanos, sino también a sus microbios y en particular a los productores de butirato. Unos niveles bajos de diversidad microbiana intestinal se han relacionado con varias enfermedades, de entre las que destaca el asma infantil. De cara al futuro, subrayó que el enfoque taxonómico es inadecuado para estudiar el microbioma en estados de enfermedad e ilustró este argumento demostrando que en personas sanas la composición del microbioma intestinal es muy dinámica; ¡hasta el 90% de las cepas aparecen y desaparecen con el tiempo! Por ello, invitó a buscar un nuevo enfoque para la definición de los microbiomas normales frente a los anormales (o eubiosis frente a disbiosis, como algunos prefieren llamarlo) que se centre en la competencia funcional y la estabilidad ecológica (incorporando conceptos como la resistencia a los cambios estructurales de la comunidad a lo largo del tiempo y la resiliencia, la capacidad de volver rápidamente a la normalidad, por ejemplo, tras un tratamiento antibiótico). Son conceptos clave que reflejan el paso actual, de la simple recopilación de números, especies y cepas microbianas, a la descripción del potencial funcional mediante la metagenómica y la determinación de productos metabólicos a través de la metabolómica y la metatranscriptómica.