Sensibilidad al aditivo E466: el papel de la microbiota
No todos somos iguales ante los aditivos. Y esta sensibilidad variable según los individuos parece depender en gran medida en la microbiota intestinal. Con la posibilidad futura de predecir quién es sensible o no, a partir de un simple análisis de las heces.
Espacio para el público general
Encuentra aquí tu espacio dedicado
en_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end

Acerca de este artículo
Los (sidenote: Aditivos alimentarios Aditivos alimentarios: sustancias principalmente añadidas a los alimentos transformados o a otros alimentos producidos a escala industrial, con fines técnicos, por ejemplo, para mejorar la seguridad, aumentar la duración de conservación o modificar las propiedades sensoriales de los alimentos. Fuente: World Health Organization ) , aunque mejoran la textura o la duración de conservación de numerosos alimentos, también despiertan interrogantes en cuanto a la salud. En efecto, algunos se sospecha que favorecen enfermedades inflamatorias crónicas al actuar directamente sobre la microbiota intestinal.
Sin embargo, los efectos serían muy variables de un individuo a otro, según un precedente ensayo aleatorizado en el ser humano (estudio FRESH, acrónimo de Functional Research on Emulsifiers in Humans). El aditivo utilizado fue la (sidenote: carboximetilcelulosa sódica La carboximetilcelulosa sódica (o goma celulósica, E466) es un aditivo alimentario con propiedades funcionales múltiples: endurecedor, agente de recubrimiento, agente de carga, emulsionante, espesante, gelificante, humectante, estabilizante… Su uso está autorizado en numerosos productos, de los productos lácteos (nata, queso fresco o fundido, postres lácteos…) al pescado cocinado, de los helados a las verduras secas o en conserva, de los dulces a los cereales del desayuno, de ciertas carnes o pescados a la mostaza y la sopa, de los aperitivos a la cerveza o ciertos licores… Fuente: Food and Agriculture Organization of the United Nations ) (o E466).
¿Cómo explicar e incluso predecir esta sensibilidad? El equipo 1 ha continuado sus anteriores trabajos apostando por la microbiota. Su demostración, realizada in vitro, se basa en un minirreactor de laboratorio capaz de imitar la microbiota intestinal humana.
2500 El Comité de Expertos FAO/OMS en Aditivos Alimentarios (JECFA) ha evaluado más de 2500 aditivos alimentarios, así como una cuarentena de contaminantes y tóxicos naturales y los residuos de unos 90 medicamentos veterinarios. ²
El reactor predice la sensibilidad o la resistencia
Cuando los investigadores exponen, en el biorreactor, la microbiota extraída de los voluntarios del estudio FRESH a la carboximetilcelulosa, encuentran la misma diferencia de sensibilidad que la observada in vivo en el ensayo FRESH: la microbiota de los mismos 2 individuos, de los 7 voluntarios expuestos al E466, se altera cuando se expone al emulsionante.
En otras palabras, el microrreactor reproduce fielmente las variaciones interindividuales observadas en el ensayo FRESH y, por lo tanto, permite predecir si una microbiota determinada es sensible al E466, sin que sea necesario realizar estudios in vivo.
Un trasplante de flora transmite la sensibilidad a ratones
Para confirmar que esta flora intestinal era responsable de la inflamación intestinal observada en ciertos pacientes del ensayo FRESH expuestos al E466, se trasplantó la microbiota de 2 individuos «sensibles» al E466 y de 2 individuos no sensibles a ratones desprovistos de flora.
Solo los ratones que habían recibido la flora «sensible» y expuestos al aditivo desarrollaban una inflamación intestinal y una colitis grave:
- acortamiento del colon
- daños en la mucosa
- infiltración de macrófagos
Ciertas bacterias, como Adlercreutzia equolifaciens y Frisingicoccus caecimuris, se asociaban a esta inflamación.
¿Una firma?
Había que saber si una firma (sidenote: Metagenómica Método de estudio del contenido genético de muestras procedentes de entornos complejos (intestino, océano, suelos, aire, etc.) obtenidos en la naturaleza (por oposición a las muestras cultivadas en el laboratorio). Este enfoque permite describir los genes contenidos en la muestra, pero también tener una idea aproximada del potencial funcional de un entorno. Fuente: Riesenfeld CS, Schloss PD, Handelsman J. Metagenomics: genomic analysis of microbial communities. Annu Rev Genet. 2004;38:525-52. ) de las heces habría permitido prever el resultado. El entrenamiento de un algoritmo (con las heces de 7 voluntarios FRESH que consumieron E466) identifica 78 marcadores funcionales de la sensibilidad.
Es cierto que esta firma permite predecir qué individuos entre los controles del mismo estudio (no expuestos al E466) son sensibles al E466. Sin embargo, su aplicación a otras cohortes no ha sido concluyente.
En espera de una eventual firma, este estudio señala nuevas relaciones entre microbiota intestinal y alimentación sana. Y la necesidad de reducir los productos ultratransformados, que, como ciertos edulcorantes, parecen dañar la salud de la microbiota intestinal.