Dispepsia funcional: la principal culpable podría ser la microbiota intestinal
La dispepsia funcional constituye un motivo de consulta médica muy frecuente y se suele tratar con antibióticos. Una revisión reciente destaca las ventajas prometedoras de la modulación de la microbiota, una solución menos agresiva.
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Acerca de este artículo
Sensación de pesadez gástrica después de comer, saciedad prematura durante las comidas y pirosis son algunos de los síntomas invalidantes de la dispepsia funcional (DF), un trastorno frecuente del aparato digestivo que da lugar a numerosas consultas médicas. De hecho, su prevalencia es muy elevada ya que se estima en un 7,2% en el mundo. Las mujeres, los fumadores y los pacientes que toman antiinflamatorios no esteroideos están especialmente expuestos. La microbiota intestinal podría estar implicada.
250 a 400 m2 el aparato digestivo humano constituye la superficie de intercambio más grande del cuerpo.
98% Proteobacteria, Firmicutes, Actinobacteria y Bacteroidetes representan más del 98% de la microbiota intestinal total en los individuos sanos.
De la disbiosis a la dispepsia
El tracto gastrointestinal alberga una microbiota cuya abundancia va en aumento desde el estómago (no estéril) hasta el colon: en las personas sanas, Proteobacteria, Firmicutes, Actinobacteria y Bacteroidetes representan más del 98% de la microbiota intestinal. Esta comunidad microbiana cumple funciones importantes en la salud digestiva tales como la preservación de la integridad de la barrera intestinal, la modulación del sistema inmunitario de la mucosa, etc.
A veces, se altera el equilibrio de esta comunidad provocando una disbiosis; la presencia de Helicobacter pylori en el estómago parece contribuir al desarrollo y la progresión de la DF; existe una correlación aparente entre la DF y la disbiosis duodenal (aumento de Streptococcus, Firmicutes, Bacteroides, Proteobacteria; disminución de Prevotella, Veillonella, Leptotrichia, Actinomyces, Neisseria, Porphyromonas).
40% Más del 40% de los pacientes en el mundo sufren trastornos gastrointestinales funcionales, siendo la dispepsia funcional uno de los más frecuentes.
3 a 5% La dispepsia funcional representa del 3 al 5% de las consultas al médico general.
La microbiota intestinal podría desempeñar un papel doble: una acción directa (un desequilibrio en la composición y abundancia podría producir una disfunción intestinal) y una acción indirecta a través de los metabolitos bacterianos producidos que pueden ejercer efectos beneficiosos (por ejemplo, los ácidos grasos de cadena corta producidos por Firmicutes) o nocivos (esfingolípidos proinflamatorios producidos por Bacteroidetes y Prevotellaceae) sobre el huésped.
2/3 2/3 de las personas afectadas por la dispepsia funcional padecen síntomas persistentes e irregulares que pueden afectar a su calidad de vida e incluso a su bienestar psicológico.
8 veces El riesgo de padecer el síndrome del intestino irritable es aproximadamente 8 veces mayor en las personas con dispepsia funcional que en la población general.
Curar a través de la microbiota intestinal
Por todos estos motivos, la modulación de la microbiota intestinal representa un enfoque terapéutico cada vez mejor aceptado. Varios ensayos clínicos destacan su potencial: una combinación de cepas probióticas pertenecientes a ciertas especies de Bacillus (Bacillus coagulans, Bacillus clausii y Bacillus subtilis) mejora algunos síntomas (eructos, reflujo, hinchazón); lo mismo ocurre con un probiótico que combina Bacillus coagulans MY01 y Bacillus subtilis. Un yogur enriquecido con probióticos (Lactobacillus gasseri) no modifica los síntomas notificados por los pacientes, pero reduce su frecuencia (17,3% frente a 35,2% en el grupo placebo).
Sin embargo, una mejor comprensión de los mecanismos implicados permitiría proponer métodos diagnósticos y tratamientos más específicos —en especial basados en la microbiota intestinal— e igual de eficaces.