Profilaxis antibiótica durante el parto frente a infección por egb
Revisión de prensa
Por el Pr. Ener Cagri DINLEYICI
Servicio de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad Eskisehir Osmangazi, Eskisehir, Turquía
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Otros factores de riesgo importantes para la composición de la microbiota intestinal de lactantes
La composición de la microbiota durante la primera infancia tiene una gran influencia sobre la programación inmunológica y metabólica, que puede predisponer a los niños a desarrollar una enfermedad más tarde en la vida.
Los primeros 1000 días son un período crítico para la vida entera, y los acontecimientos en las primeras etapas de la infancia (tipo de parto, nacimiento prematuro, prácticas alimentarias y consumo de antibióticos) pueden afectar la microbiota intestinal y nasofaríngea. Estudios recientes y algunos futuros planificados tienen como objetivo evaluar otros posibles factores de riesgo durante el embarazo, y después del período de primera infancia. Los antibióticos durante el parto se utilizan ampliamente en todo el mundo para la prevención de infecciones maternas asociadas al nacimiento por cesárea, y a la prevención y el manejo de infecciones por el estreptococo del grupo B (EGB).
El reciente estudio de Stearns et al., que fue publicado en Scientific Reports (2017) [1] con el título «Intrapartum antibiotics for GBS prophylaxis alter colonization patterns in the early infant gut microbiome of low risk infants» (Los antibióticos durante el parto para la profilaxis antibiótica del EGB alteran los patrones de colonización del microbioma intestinal de lactantes de bajo riesgo), es un ejemplo importante de los efectos de los antibióticos en la composición de la microbiota intestinal de lactantes sanos, nacidos a término y amamantados. En este estudio la composición de la microbiota de 53 lactantes nacidos por parto vaginal sin exposición a antibióticos con la de 14 lactantes que fueron expuestos a una profilaxis antibiótica durante el parto contra el Streptococcus del grupo B, y con la de otros 7 lactantes nacidos por cesárea, en Canadá.
En general, la microbiota intestinal de los lactantes nacidos por parto vaginal sin exposición a la profilaxis antibiótica durante el parto difería significativamente de la de los lactantes nacidos por parto vaginal, pero expuestos a la profilaxis antibiótica durante el parto frente al EGB, o de los lactantes nacidos por cesárea (también expuestos a profilaxis antibiótica intraparto). Con respecto a los resultados de este estudio, la microbiota fecal de los lactantes expuestos a la profilaxis antibiótica durante el parto tuvo una diversidad alfa significativamente menor, y, por lo contrario, la profilaxis antibiótica durante el parto frente a la exposición al EGB durante el parto vaginal puede afectar los niveles o la predominancia (retraso en la expansión) de Bifidobacterium más allá de las 12 semanas de vida.
Este estudio también demostró que la colonización de la microbiota intestinal del variar la distribución de las bacterias, al igual que la mayoría de los estudios publicados acerca del efecto del tipo de parto sobre la composición de la microbiota intestinal del lactante. Con este estudio se descubrió que la profilaxis antibiótica durante el parto frente al EGB afectaba todos los aspectos de la ecología microbiana intestinal, que incluye la abundancia de especies, su diversidad, su estructura comunitaria y la abundancia de géneros bacterianos colonizantes. Este estudio también demostró que la profilaxis antibiótica, para cualquier propósito, puede afectar la composición de la microbiota intestinal del lactante, y destacó la importancia del uso adecuado de los antibióticos.
En 2016, Cassidy-Bushrow y colegas publicaron las interacciones entre el estreptococo del grupo B materno y la microbiota intestinal de lactantes [2]. En este estudio, como parte de una cohorte poblacional de riesgo de nacimiento general, se tomaron muestras de heces de los pañales de lactantes en el primer y sexto mes de vida. Los autores demostraron que el estado del EGB materno estaba asociado significativamente a la composición bacteriana intestinal en el sexto mes, y que los lactantes de madres con EGB positivo presentaban estadísticamente mayor abundancia de Clostridiaceae, Ruminococcoceae y Enterococcaceae en el sexto mes. Estudios previos no pudieron observar los efectos a largo plazo en la composición de la microbiota intestinal. Mazzola et al. también demostraron las consecuencias a corto plazo de la profilaxis antibiótica materna durante el parto para prevenir la infección por EGB en la población microbiana de las heces de los lactantes, en particular de los lactantes amamantados [3].
La composición de la microbiota alterada se ha relacionado con la obesidad, alergias, enfermedad inflamatoria intestinal y cáncer de colon. Se necesitan estudios adicionales para definir efectos causales (si estos existen). Estos resultados también destacaron la necesidad médica insatisfecha de una posible inmunización materna con eventuales vacunas contra el EGB.