Menos antibióticos = menos disbiosis = menos asma infantil
La disminución de la incidencia de asma infantil que se observa desde hace varios años podría ser una consecuencia positiva inesperada de la menor prescripción de antibióticos a lactantes. Posible explicación: menos disbiosis intestinal.
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Acerca de este artículo
El asma infantil afecta al 8% de los niños estadounidenses y canadienses. La prevalencia ahora tiende a bajar tras haberse duplicado durante la segunda mitad del siglo XX. Los autores plantearon la hipótesis de que esta disminución podría deberse a una menor prescripción de antibióticos y, por tanto, a una mejor preservación de la comunidad microbiana intestinal. Para confirmarlo, analizaron los datos administrativos relativos a los diagnósticos de asma y las (sidenote: Datos procedentes de la base gubernamental BC PharmaNet que recoge todos los datos de los ambulatorios de la provincia (población incluida en la base de datos: 4,7 millones) ) (Canadá), así como la microbiota intestinal de 2 644 niños de la (sidenote: cohorte del estudio canadiense CHILD Estudio prospectivo Canadian Healthy Infant Longitudinal Development que incluyó a niños reclutados antes del nacimiento entre 2008 y 2012 )
Menos antibióticos = menos asma
A escala poblacional, entre 2000 y 2014, la incidencia de asma en niños de 1 a 4 años disminuyó un 7,1‰ en valor absoluto, pasando del 27,3‰ al 20,2‰ según los datos administrativos canadienses. Al mismo tiempo, bajó drásticamente la prescripción de antibióticos a niños menores de 1 año (del 1 253,8‰ al 489,1‰). De hecho, en 2014, 1 niño de cada 3 (34,8%) recibía al menos un antibiótico antes de cumplir 1 año, frente a 2 de cada 3 (66,9%) en el año 2000. Ahora bien, el análisis estadístico reveló una correlación entre la prescripción de antibióticos y el asma ya que la incidencia de asma aumentó un 24% por cada incremento del 10% de la prescripción de antibióticos. Esta tendencia observada a escala poblacional se confirmó a nivel individual en la cohorte del estudio CHILD. Tras excluir a los niños que recibieron antibióticos debido a síntomas respiratorios, el diagnóstico de asma a los 5 años fue más frecuente en aquellos niños a quienes se prescribieron antibióticos antes de que cumplieran 1 año. Además, la frecuencia aumentó con el número de prescripciones: 5,2% con 0 antibióticos, 8,1% con 1, 10,2% con 2 y 17,6% con 3 o más antibióticos.
Los antibióticos representan un extraordinario descubrimiento científico y salvan millones de vida, pero su uso excesivo e inadecuado ahora suscita grandes inquietudes para la salud, especialmente debido a la aparición de resistencia a los antibióticos y disbiosis. Leamos la página dedicada a esta cuestión.
El papel ambivalente de los antibióticos
Papel de la microbiota
Según los autores, una disbiosis intestinal en los lactantes podría explicar la asociación entre la exposición a antibióticos y el asma infantil. Los niños con asma a los 5 años mostraban una menor diversidad de la microbiota intestinal a la edad de 1 año, y esta diversidad tendía a disminuir cuanto mayor era el número de tratamientos antibióticos prescritos y cuanto menor era la edad de prescripción (reducción drástica en caso de administración antes de los 3 meses de edad). La disminución de la diversidad se acompañaba de una menor abundancia de 5 taxones bacterianos primordiales -incluidas dos especies bacterianas específicas- implicados en la producción de ácidos grasos de cadena corta inmunomoduladores. Así pues, la reducción de la abundancia de determinadas especies podría influir en el desarrollo inmunitario del niño y favorecer la progresión a un fenotipo alérgico. De ahí la utilidad potencial de estrategias dirigidas a mantener la diversidad de la microbiota después de un tratamiento antibiótico, y la necesidad de más prudencia antes de prescribir antibióticos a niños menores de 1 año.
¿Qué es la Semana mundial de concienciación sobre la RAM?
Desde 2015, la OMS organiza cada año la Semana mundial de concienciación sobre la RAM (WAAW), cuyo objetivo es sensibilizar al público sobre la resistencia mundial a los antimicrobianos.
Esta campaña, que tendrá lugar del 18 al 24 de noviembre, alienta al público general, a los profesionales sanitarios y a los responsables a hacer un uso razonable de los antimicrobianos para evitar el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos.