De la bacteria a la crisis de hiperfagia Cuando la pérdida de F. prausnitzii causa una crisis de hiperfagia
La simple disminución de la población de F. prausnitzii intestinal parece bastar para activar excesivamente dos zonas del cerebro responsables de las crisis de hiperfagia. ¿Cómo? Mediante la menor producción de un metabolito y la estimulación del eje intestino-cerebro por parte del nervio vago. Se trata de un trastorno que se resolverá simplemente con la administración del probiótico o el metabolito.
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Acerca de este artículo
Suelen observarse atracones alimentarios con alimentos grasos y azucarados en pacientes con trastornos de la alimentación. Entre quienes padecen
(sidenote:
La hiperfagia bulímica
La hiperfagia bulímica es un trastorno alimentario cuyo diagnóstico recae en:
• criterios clínicos: atracones alimentarios, de media al menos 1 vez a la semana durante 3 meses; sentimiento de ausencia de control sobre la alimentación;
• y la presencia de 3 o más de los 5 criterios siguientes: comer mucho más rápido de lo normal; comer hasta sentir incomodidad; ingerir grandes cantidades de alimentos sin tener hambre físicamente; comer sin compañía por vergüenza; o sentir asco, sentirse deprimido o culpable por haber comido demasiado.
El comportamiento bulímico causa un gran sufrimiento.
Fuente: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition Text Revision, DSM-5-TRTM, Feeding and eating disorders.
)
, estas crisis van acompañadas de malestar y un exceso de peso, o incluso obesidad. La microbiota intestinal parece estar implicada. Pero ¿qué mecanismos entran en juego? ¿Qué efectos tiene este trastorno alimentario sobre la microbiota intestinal y esta sobre el comportamiento? Para descubrirlo, unos investigadores 1 han descifrado etapa por etapa el eje intestino-cerebro.
El trastorno de la hiperfagia bulímica afecta a aproximadamente el 3,5 % de las mujeres y el 2 % de los hombres de la población general a lo largo de su vida. 2
Hiperfagia y disbiosis intestinal
Al igual que las personas, los ratones, tras sufrir estrés y someterse a una dieta, tienden más a picotear galletitas apetecibles, a aumentar su consumo calórico y a dejarse llevar por las crisis de hiperfagia. Este comportamiento parece estar relacionado con la microbiota intestinal de los roedores, cuya diversidad y riqueza se ven alteradas, con una pérdida de Lactobacillus y Ruminococcaceae y un aumento de Bacteroides, Roseburia y Alistipes.
Los experimentos de trasplante de microbiota fecal (TMF) indican que la flora de los ratones hiperfágicos tendría menos bacterias protectoras: un TMF proveniente de ratones con buena salud hace desaparecer los atracones de los ratones hiperfágicos, lo que sugiere una recuperación de las bacterias protectoras; por otro lado, un TMF de ratones hiperfágicos a ratones sanos no produce atracones, lo que apuntaría a la ausencia de bacterias que causen este problema.
3 trastornos de la conducta alimentaria (TCA)
Existen 3 trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que se diagnostican frecuentemente a adolescentes y adultos y que actualmente están reconocidos en la 5.ª versión del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, o DSM-5) 2, obra de referencia mundial con respecto a los trastornos mentales publicada por la American Psychiatric Association:
- la anorexia mental, que se caracteriza por un miedo intenso de aumentar de peso o de engordar que persiste a pesar de cualquier prueba de lo contrario; se traduce en una lucha activa contra el hambre y la evitación de todos los «alimentos que engordan», frecuentemente asociadas con otras manifestaciones que buscan perder peso (vómitos provocados, hiperactividad física, uso de medicamentos, etc.), lo que causa un adelgazamiento de más del 15 % del peso inicial o un IMC inferior a 17,5;
- la bulimia, que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones incontrolables (crisis de bulimia) seguidos de comportamientos compensatorios inadecuados, como vómitos autoinducidos, abuso de laxantes o diuréticos, ayuno o ejercicio excesivo;
- — la hiperfagia bulímica, que se caracteriza por episodios de ingesta de grandes cantidades de alimentos no compensada mediante vómitos o purgas, con una tendencia al exceso de peso o la obesidad.
Descifrado de los mecanismos
Se ha demostrado en experimentos complementarios que los atracones de los ratones tendrían su origen en una desinhibición del nervio vago, lo que causa la activación excesiva del eje intestino-cerebro, pasando por el núcleo paraventricular del hipotálamo (asociado con la recompensa, la motivación y la homeostasis energética) y el núcleo del tracto solitario. El desencadenante podría ser la baja producción de un metabolito microbiano intestinal, el ácido quinurénico (KYNA), en los ratones hiperfágicos. La suplementación con KYNA de los ratones basta para devolver a los roedores al camino del equilibrio alimentario.
Todo lo que necesita saber sobre el eje microbiota-intestino-cerebro
¿Y si tomar un probiótico fuera suficiente?
Para confirmar los resultados del modelo murino, los investigadores analizaron las muestras fecales de 11 pacientes que padecían hiperfagia bulímica y de 9 controles sanos. La microbiota de los pacientes presenta una pérdida de Faecalibacterium prausnitzii (familia de las Ruminococcaceae) y un descenso de la concentración de KYNA. Todo lleva a pensar que una reducción de F. prausnitzii podría ir acompañada de la disminución del KYNA luminal y de los trastornos alimentarios asociados a esta mediante el eje intestino-cerebro. Esta hipótesis parece confirmarse en los animales: la inoculación de F. prausnitzii a ratones hiperfágicos hace que aumente la concentración de KYNA y reduce tanto su atracción por las galletitas como su hiperfagia.
Por ello, la suplementación de KYNA, el trasplante fecal o los probióticos podrían utilizarse en el tratamiento clínico de ciertos trastornos alimentarios… siempre que se lleven a cabo tareas complementarias, especialmente en las personas. Mientras tanto, este estudio aporta una nueva clave para descifrar el eje intestino-cerebro
2. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition Text Revision, DSM-5-TRTM, Feeding and eating disorders.