Antibióticos y riesgo de desarrollar una EII crónica en adultos
Según un nuevo estudio publicado en la revista The Lancet Gastroenterology & Hepatology, una exposición intensa a antibióticos en adultos podría asociarse con un aumento del riesgo de desarrollar una enfermedad inflamatoria intestinal (EII) crónica, independientemente de la predisposición genética y de los factores de exposición durante la niñez.
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Acerca de este artículo
En los últimos años, la incidencia de enfermedades inflamatorias intestinales (EII) crónicas se ha disparado de forma alarmante en el mundo. La predisposición genética, ciertos factores ambientales (higiene, antibióticos, etc.) y la microbiota intestinal son tres factores de riesgo que podrían participar en la etiología de las EII crónicas. Mientras que se conoce la asociación entre el uso de antibióticos durante los primeros años de vida y el riesgo de EII crónica en niños, los datos disponibles en adultos son más escasos y controvertidos. Un equipo investigó la relación entre el tratamiento con antibióticos y el riesgo de EII crónica en un estudio prospectivo de casos y controles a gran escala.
Cribado exhaustivo de la población sueca
Para seleccionar a sus pacientes, los autores utilizaron la información generada por el estudio (sidenote: ESPRESSO Epidemiología fortalecida por informes de histopatología en Suecia ) que agrupa todos los casos de enfermedades gastrointestinales notificados en Suecia entre 1965 y 2016, y cruzaron dicha información con los registros de datos administrativos y prescripciones de pacientes suecos. Luego, los investigadores identificaron en la población general hasta 5 controles por cada paciente, equiparados por edad, sexo, lugar de residencia y año civil. Por último, dado que los hermanos y hermanas no afectados compartían factores de riesgo genéticos o ambientales con los pacientes, también se incluyeron en el estudio como grupo de control secundario. En total, el estudio incluyó a 23 982 pacientes de 16 a 65 años con EII crónicas, a 117 827 controles y a 28 732 hermanos y hermanas.
Aclamados como uno de los principales adelantos de la medicina en el siglo XX, los antibióticos han salvado millones de vidas. Sin embargo, también afectan a nuestra microbiota y provocan disbiosis. Examinemos de más cerca este papel ambivalente.
El papel ambivalente de los antibióticos
Duplicación del riesgo de desarrollar una EII crónica
Según el estudio, el riesgo de desarrollar una EII crónica fue 1,88 veces mayor al tomar antibióticos frente a no usarlos, siendo el cociente de riesgos de 1,74 para la colitis ulcerosa (CU) y de 2,27 para la enfermedad de Crohn. El mayor número de prescripciones de antibióticos y el uso de antibióticos de amplio espectro también se asociaron con un aumento del riesgo. Según los autores, este resultado respalda la hipótesis de que una disbiosis intestinal causada por los antibióticos provoca una disfunción de la barrera intestinal, una respuesta inflamatoria local y, por consiguiente, un mayor riesgo de desarrollar una EII crónica.
¿Qué es la Semana mundial de concienciación sobre la RAM?
Desde 2015, la OMS organiza cada año la Semana mundial de concienciación sobre la RAM (WAAW), cuyo objetivo es sensibilizar al público sobre la resistencia mundial a los antimicrobianos.
Esta campaña, que tendrá lugar del 18 al 24 de noviembre, alienta al público general, a los profesionales sanitarios y a los responsables a hacer un uso razonable de los antimicrobianos para evitar el desarrollo de resistencia a los antimicrobinos.
¿Representa la exposición a antibióticos un riesgo independiente?
Cuando se compararon los pacientes con sus hermanos y hermanas que actuaron como población de control, también se observó una asociación –aunque menos estrecha– entre el tratamiento con antibióticos y el riesgo de desarrollar una EII crónica en el grupo de sujetos que compartían predisposiciones genéticas y factores de exposición durante la niñez. Se requieren otros estudios para investigar los mecanismos por los cuales los antibióticos modifican la microbiota intestinal y conducen al desarrollo de EII crónicas. No obstante, los autores consideran que este es un argumento más en favor de un uso razonable y selectivo de los antibióticos.