Enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (EIIC)
Las dos principales enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (EIIC) son la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU). Ambas se caracterizan por una inflamación de todo o parte del tracto digestivo y su prevalencia está aumentando en todo el mundo, aunque sobre todo en los países occidentales.1
Las EIIC se asocian con desequilibrios de las poblaciones de microorganismos intestinales. Tales disbiosis pueden ser de origen no solo bacteriano (microbiota), sino también viral (viroma) o fúngico (micobiota) y se sospecha que pueden constituir a la vez la causa y la consecuencia de la enfermedad. En algunos casos presentan un perfil característico de la enfermedad.
La alteración de la barrera intestinal que se observa en los pacientes constituye un factor importante que favorece la translocación bacteriana y la inflamación local, perturbando la respuesta inmunitaria innata (descenso de las defensinas en la enfermedad de Crohn) y exponiendo el organismo a patógenos.
Además de las reglas higiénico-dietéticas cuyo objetivo es limitar la inflamación local, la modulación de la microbiota está surgiendo como vía terapéutica imprescindible para el futuro. El trasplante de microbiota fecal o la administración de probióticos podrían restaurar las relaciones simbióticas entre el huésped y la microbiota que no funcionan normalmente en los pacientes con EIIC.