Aunque este descubrimiento pueda parecer gracioso, los investigadores de la NASA se lo tomaron muy en serio. En la revista BMC Microbiology, un equipo del prestigioso centro de investigación aeroespacial explica que la presencia de estas bacterias podría representar en el futuro un peligro para los astronautas durante las misiones prolongadas en el espacio o incluso en los primeros vuelos tripulados hacia el planeta Marte, ya que sería imposible dar media vuelta durante este largo viaje de 260 millones de kilómetros y volver a la Tierra para tratar a las personas infectadas.
Cepas resistentes…
Al estudiar el ADN de estas 5 bacterias, los científicos descubrieron que presentaban importantes similitudes con 3 cepas de enterobacterias (presentes en el intestino) recientemente aisladas en nuestro planeta, más precisamente en Tanzania y Estados Unidos. Además de ser responsables de graves infecciones nosocomiales en personas inmunodeprimidas y en lactantes, estas cepas pertenecen a una especie bacteriana conocida por su alto potencial patógeno y su resistencia a numerosos antibióticos. De hecho, las cepas encontradas en la estación espacial internacional eran también resistentes a numerosos antimicrobianos (por ejemplo, a la penicilina) que, como explican los investigadores, son “antibióticos que los astronautas toman desde hace más de 20 años”.
… pero inofensivas hasta ahora
Afortunadamente, estas cepas no resultaron ser virulentas y no pusieron en riesgo la salud de los astronautas. Sin embargo, podrían haber adquirido la capacidad de causar daño (riesgo estimado en el 79%) en algunas condiciones (aún por determinar) como la escasa gravedad que existe en la ISS. De hecho, varios estudios sugirieron que esta circunstancia podría incrementar la virulencia de las bacterias y su resistencia a los antibióticos, así como influir en el crecimiento o en el tamaño de los microorganismos. Por otra parte, este estudio señala que la estación espacial internacional no es estéril puesto que los astronautas suben a bordo con sus microbios y otros microorganismos pueden ser introducidos a través de las provisiones de alimentos o materiales enviados a la estación.