Las infecciones urinarias, que amargan la vida de 150 millones de personas cada año en el mundo, se deben principalmente a Escherichia coli. La microbiota intestinal funciona como un reservorio para esta bacteria uropatógena de la familia de las enterobacterias; cuando se elimina por las heces, coloniza la zona periuretral e infecta las vías urinarias. Aunque se han obtenido resultados contradictorios sobre su eficacia, se recomienda consumir arándanos rojos para prevenir las recidivas. Estos pequeños frutos rojos podrían agotar el reservorio de enterobacterias responsable de infecciones urinarias mediante un efecto prebiótico o antimicrobiano en la microbiota intestinal.
Arándanos rojos puros o en forma de extractos
Con el objetivo de identificar los compuestos responsables de esta actividad, un equipo estadounidense analizó los efectos de 44 principios activos del arándano rojo en el perfil bacteriano de la microbiota intestinal humana. Para ello, los investigadores utilizaron un simulador de la microbiota humana que elaboraron a partir de muestras de heces enriquecidas con enterobacterias o carentes de ellas; después, inocularon diariamente arándano rojo en polvo o en forma de extractos enriquecidos con polifenoles o carentes de ellos. Según varios estudios in vitro, las propiedades antimicrobianas o antiadherentes de estos últimos podrían explicar la eficacia de los arándanos rojos para la prevención de infecciones urinarias.
El salicilato es el compuesto más activo
Al cabo de cinco días, los investigadores observaron un aumento de la cantidad de bacterias beneficiosas en la microbiota intestinal y una disminución de la cantidad de enterobacterias en todas las muestras. Los cambios más notables se observaron con el polvo de arándano rojo, lo cual sugiere que todos los compuestos, polifenoles y otras moléculas, ejercen un efecto conjunto para modificar la microbiota. Sin embargo, el salicilato fue el que produjo, por mucho, el mayor efecto. Ahora falta determinar si este efecto se debe a su actividad antimicrobiana o a su actividad prebiótica sobre las enterobacterias responsables de infecciones urinarias.