Psoriasis y microbiota
La psoriasis es una enfermedad de la piel de origen inflamatorio, debida a una renovación demasiado rápida de la piel. La predisposición genética relacionada con diversos factores, entre ellos un desequilibrio de la microbiota, favorece su aparición.
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Acerca de este artículo
La psoriasis evoluciona de manera crónica, alternando brotes y períodos de recaída, de duración e intensidad variables.
Renovación demasiado rápida de la piel
En la gran mayoría de los casos, la psoriasis se presenta en forma de placas rojas recubiertas de escamas blanquecinas, ubicadas principalmente en la zona de los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y en la parte baja de la espalda. Ni grave, ni contagiosa, esta enfermedad dermatológica no deja de ser una enfermedad molesta, con grandes repercusiones sobre la calidad de vida.
Una microbiota intestinal menos rica
Ya se conoce el mecanismo de inflamación que caracteriza la psoriasis: la epidermis se renueva en 4 a 6 días en lugar de las 3 semanas habituales, generando una acumulación de capas de piel muerta e inflamaciones localizadas. Sin embargo, se desconocen sus causas. Se han identificado varios factores de riesgo, genéticos y medioambientales, pero todavía debe descubrirse la forma en que interactúan. Se sabe, sobre todo, que el estrés, ciertos medicamentos (beta bloqueador, antihipertensivo, interferón α) y ciertas infecciones ORL favorecen los brotes. También se ha señalado el papel de las microbiotas intestinal y cutánea. De hecho, se observó un desequilibrio en la composición de la microbiota de la piel en las lesiones psoriásicas en comparación con la piel sana, pero sin que la enfermedad se haya relacionado con un patógeno particular. Por su parte, parece que la microbiota intestinal controla la inflamación cutánea alterando la respuesta inmune. Aunque todavía se desconocen los mecanismos moleculares exactos, se sospecha que son las bacterias proinflamatorias sobrerrepresentadas las que mantienen la inflamación.
No hay tratamientos curativos
Por el momento, no existe ningún tratamiento capaz de curar la psoriasis.
La atención se basa en la aplicación de productos a base de corticoides y análogos de la vitamina D3 para los brotes, combinados con cremas hidratantes. La fototerapia se indica en formas extendidas, pero su uso debe ser limitado. Las formas graves se benefician de otros tratamientos que deber ser supervisados. Actualmente, se están realizando investigaciones para evaluar el efecto de los probióticos en la inflamación cutánea local y en la disbiosis.