La sangre como indicador de la diversidad de la microbiota intestinal
¿Y si bastara una muestra de sangre y el análisis de algunos metabolitos adecuadamente seleccionados para predecir una gran parte de la diversidad de la microbiota intestinal… y, por lo tanto, nuestro estado de salud?
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Acerca de este artículo
Se sabe que existe una correlación entre una menor diversidad de microorganismos en la microbiota intestinal y ciertas enfermedades como la diabetes, el cáncer colorrectal y los trastornos gastrointestinales complejos, como las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino. Pero, para utilizar esta diversidad como biomarcador, es necesario conocer perfectamente la microbiota: mientras que los metabolitos fecales son un indicador de la composición de la microbiota, ¿qué ocurre con los metabolitos sanguíneos?
Se han identificado 40 metabolitos predictivos
Para saberlo, un equipo intentó predecir la diversidad de la microbiota intestinal a partir de unos 1000 muestras de sangre en una cohorte de 399 adultos estadounidenses sanos que participaban en un programa sobre bienestar. Los resultados muestran que 40 metabolitos presentes en la sangre del huésped –13 de ellos de origen microbiano– explican el 45% de la diversidad de la microbiota intestinal, y, por lo tanto, podrían predecirla. Esta capacidad de predicción de los metabolitos se confirmó en una cohorte de validación distinta formada por 540 personas con distintos estados de salud.
Una diversidad ni excesiva ni insuficiente
Además, los resultados sugieren que lo que convendría fomentar no es una diversidad máxima, sino una diversidad óptima como garantía de buena salud. Por una parte, se observa una asociación positiva entre metabolitos microbianos polifenólicos y la diversidad de la microbiota intestinal, que podría reflejar una dieta con alto contenido de fruta, verdura y cereales (a su vez con un alto contenido de polifenoles). Pero, por otra parte, algunos metabolitos microbianos predictivos de diversidad se asocian con enfermedades cardiovasculares o renales. Por ello, al igual que una falta de diversidad, un exceso podría ser perjudicial, hasta el punto de que los autores sugieren la idea de una diversidad ideal, «ni excesiva, ni insuficiente”, en función del valor del índice. Por último, los autores señalan que las asociaciones entre metabolitos sanguíneos y la diversidad de la microbiota intestinal difieren a lo largo del espectro de categorías de índice de masa corporal (IMC), lo cual sugiere que es demasiado restrictivo limitarse a las categorías de IMC «normal» y «obeso».
¿Pruebas clínicas a la vista?
Si se analizan conjuntamente, estos resultados indican que existe una estrecha relación entre la fisiología del huésped y la microbiota intestinal, y sugieren que el metaboloma sanguíneo del huésped constituye una interfaz importante entre el ecosistema intestinal y la salud humana. Con el tiempo, la capacidad de los marcadores plasmáticos para predecir la diversidad de la microbiota intestinal podría abrir el camino hacia la elaboración de pruebas clínicas que permitan controlar la salud microbiana intestinal mediante una simple muestra de sangre, fácil de analizar.