Las bacterias tóxicas responsables de la colonización de las micropartículas plásticas que contaminan las aguas terrestres, especialmente aquellas zonas de intensa actividad humana y con un denso tráfico marítimo, podrían ser responsables del blanqueo de los corales y de infecciones en el ser humano.
Alrededor de un tercio de la producción anual de plástico del mundo se convierte en contaminantes terrestres o marinos, lo que supone más de (sidenote: https://www.wwf.fr/sites/default/files/doc-2019-03/20190305_Rapport_Pollution-plastique_a_qui_la_faute_WWF.pdf). Entre éstos, las micropartículas de plástico provenientes de las industrias cosmética, petroquímica y textil son las que suponen un mayor impacto ambiental. Con un tamaño inferior a 5mm, escapan a los sistemas de filtración y aparecen en el medio acuático, donde tardan varios siglos en degradarse a causa de la salinidad y las bajas temperaturas. El resultado es la colonización de estos microplásticos por bacterias de todo tipo (a veces tóxicas), antes de que acaben en el estómago de organismos marinos engañados por su falsa apariencia de alimento.
Análisis exhaustivo de la costa singapurense
Se han realizado varios estudios por todo el mundo para analizar la naturaleza de los microorganismos que abundan en la superficie de los microplásticos, pero ¿qué ocurre en Singapur? ¿Los desechos que contaminan el agua de las playas más pobladas presentan el mismo perfil bacteriano que los inmensos bancos de arena inmaculados y rara vez pisoteados por los bañistas? Dos investigadoras de la Universidad de Singapur llevaron a cabo un estudio para tratar de responder a esta pregunta. Entre los meses de abril y julio de 2018, recolectaron fragmentos, fibras, espumas, gránulos y películas de plástico y analizaron más de 275 muestras de microplásticos de tres playas más o menos frecuentadas.
Culpabilidad evidente de la actividad humana
Como era de esperar, cuanto más frecuentada estaba la playa, más contaminada se hallaba. Pero la naturaleza de los microplásticos, así como la de las especies bacterianas que los recubrían, difería considerablemente de una playa a otra, confirmando así el impacto de la actividad humana en la contaminación, influenciada también por el efecto del viento y la marea. La buena noticia es que el ecosistema se adapta a los contaminantes favoreciendo el desarrollo de especies bacterianas capaces a su vez de degradarlos. En cambio, la mala noticia es que esto también permite la aparición de patógenos, responsables de infecciones de heridas o de trastornos gastrointestinales. Al ingerir de manera involuntaria estos fragmentos de microplásticos, los organismos marinos podrían ser responsables de la acumulación y posterior transferencia de agentes patógenos a la cadena alimentaria. Como concluyen los autores, se trata pues de dos hallazgos que habrá que considerar para poder enfrentar el desafío ecológico y sanitario que supone la contaminación por plásticos.
Old sources
Bibliografia :
E Curren, S Chee, Y Leong. Profiles of bacterial assemblages from microplastics of tropical coastal environments.Science of the Total Environment 2019 Mar 10;655:313-320.