Prostatitis y microbiota

La prostatitis es una inflamación aguda o crónica de la próstata. Puede tener un origen infeccioso en el caso de inflamación aguda: en general, la bacteria que la causa es Escherichia coli. Los casos crónicos implicarían un desequilibrio de la microbiota urinaria.

Fecha de publicación 15 Octubre 2020
Fecha de actualización 25 Julio 2024
Prostatitis

Acerca de este artículo

Fecha de publicación 15 Octubre 2020
Fecha de actualización 25 Julio 2024

La prostatitis afecta aproximadamente a un 10 % de los hombres. Los síntomas, como en los casos de cistitis en las mujeres, incluyen ardor al orinar y micción frecuente. Pueden observarse otros síntomas, como fiebre, dolores pélvicos, perineales o rectales, que requieren tratamientos de urgencia.

Prostatitis aguda: ¿origen infeccioso?

Las principales bacterias responsables, Escherichia coli u otras como las bacterias del tipo enterobacterias, provienen de la microbiota intestinal. La bacteria Escherichia coli está implicada en el 80 % de los casos de prostatitis aguda. En la mayoría de los casos, la infección se inicia a través de la uretra, que es el canal de salida de la vejiga. Algunos gérmenes de transmisión sexual, como los gonococos y la clamidia, también pueden originar prostatitis.

La microbiota urinaria está implicada en las formas crónicas

En el caso de las prostatitis crónicas, las causas son menos claras; los gérmenes son menos frecuentemente aislados. Estudios recientes sugieren que la alteración de la microbiota urinaria podría desempeñar un papel en la aparición de las prostatitis crónicas. De hecho, durante mucho tiempo se ha pensado que la orina era estéril, pero no es así: existe una microbiota urinaria. Además, habría una diferencia de composición entre la microbiota urinaria de los pacientes que padecen prostatitis crónica y la de los hombres sanos. La modificación de la microbiota urinaria por tratamientos antibióticos puede originar las formas crónicas.

Tratamiento con antibióticos

El tratamiento de las prostatitis agudas se basa en la prescripción de antibióticos y, en caso de síntomas graves, a veces es necesaria la hospitalización. El tratamiento de la prostatitis crónica es más complejo. El uso de probióticos para este fin todavía es muy preliminar.

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