Vacunación posterior al tratamiento con antibióticos: efecto en la inmunidad y papel de la microbiota
En los individuos que presentan una inmunidad prevacunal baja frente a la gripe*, la toma de antibióticos conduce a una disbiosis intestinal que altera la respuesta inmunitaria a la vacuna antigripal. Un equipo de científicos intentó determinar por qué.
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Acerca de este artículo
Numerosos estudios han demostrado el papel fundamental de la microbiota intestinal en la inmunidad, aunque las pruebas clínicas siguen siendo escasas. Comprender mejor los mecanismos subyacentes resulta crucial para la salud pública, en especial para el desarrollo de terapias centradas en la microbiota para pacientes con trastornos inmunitarios. En este contexto, y partiendo de la observación de que la eficacia de las vacunas varía entre las regiones del mundo tanto como la microbiota intestinal de los individuos, los investigadores se interesaron por el efecto de los antibióticos en la respuesta inmunitaria a la vacunación.
¿Cuál es el efecto de los antibióticos en la vacunación?
Para ello, los científicos estudiaron dos poblaciones que presentaban una diferencia de concentración de anticuerpos contra la gripe antes del inicio del estudio. En la primera, se vacunó a 22 adultos sanos contra la gripe estacional (vacuna con 3 cepas de virus atenuados); 3 días antes de la vacunación, la mitad de ellos empezaron un tratamiento ATB de 5 días. Como era de esperar, los ATB alteraron de manera profunda y duradera la composición de la microbiota intestinal. No obstante, al contrario de la hipótesis de los investigadores, la administración de ATB no afectó la producción de anticuerpos en respuesta a la vacunación. Solo se observó un efecto en la segunda cohorte de 11 sujetos que no presentaban una inmunidad preexistente significativa frente a la gripe (ausencia de vacunación o de gripe reciente*): los ATB produjeron una disminución de la producción de IgG1 e IgA dirigidas contra la cepa de virus H1N1. Por lo tanto, en algunos casos, los ATB de amplio espectro podrían alterar la respuesta inmunitaria a la vacunación.
Ácidos biliares, mensajeros de la inflamación
Los investigadores también observaron que las modificaciones producidas por la vacunación en los metabolitos de la sangre diferían entre los sujetos del grupo ATB y los controles, en especial, las sustancias derivadas del metabolismo de los ácidos biliares. Recordemos que la microbiota transforma los ácidos biliares primarios segregados por la vesícula biliar y transportados al intestino en ácidos biliares secundarios y que posteriormente los ácidos biliares se reabsorben parcialmente. Ahora bien, en los sujetos que recibieron ATB, se observó un aumento de los ácidos biliares primarios en la sangre y una disminución importante de los ácidos biliares secundarios. La antibioterapia llegó a reducir en un factor de 1000 al principal de ellos, el ácido litocólico. Esta reducción de los ácidos biliares secundarios mostró una estrecha correlación con el aumento de moléculas proinflamatorias. Esto indica que uno de los mecanismos que regulan la respuesta inflamatoria podría ser un cambio en la proporción de ácidos biliares inducido por la antibioterapia.
Dos vías de respuesta
¿Existe una relación entre las vías que modulan la producción de anticuerpos y las que implican a los ácidos biliares y la inflamación? No, las dos vías son independientes, concluyen los investigadores después de haber cartografiado las diferentes vías de señalización, desde la alteración de la microbiota posterior a la antibioterapia hasta las variaciones de los metabolitos sanguíneos. Así pues, la alteración profunda de la microbiota inducida por los ATB modularía la función inmunitaria a través de dos mecanismos: una interacción directa con las células inmunitarias y un mecanismo sistémico de modulación de la producción de ciertos metabolitos críticos.
*ausencia de vacunación o de gripe reciente, a juzgar por unas concentraciones bajas de anticuerpos (1ª cohorte: concentración de anticuerpos <320 contra al menos 2 de las 3 cepas contenidas en la vacuna; 2ª cohorte: concentración de anticuerpos ≤320 contra las 3 cepas contenidas en la vacuna)