Una microbiota para cada tumor
No todas las microbiotas tumorales son iguales: según el tipo de tumor, varían la frecuencia y la diversidad de las bacterias. En especial, existe un perfil específico por cada tipo de cáncer (mama, pulmón, cerebro, hueso...).
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Acerca de este artículo
La presencia de bacterias en tumores humanos no es un descubrimiento reciente, sino un hecho establecido desde hace más de 100 años. Sin embargo, esta microbiota tumoral es poco conocida, porque su biomasa es escasa. Combinando múltiples tecnologías, un equipo de investigadores estudió 1010 muestras de tumores y 516 muestras de tejidos adyacentes sanos, abarcando en total siete tipos de tumores (mama, pulmón, ovario, páncreas, melanoma, hueso y cerebro).
Bacterias tumorales y macrófagos
El primer hallazgo fue que se detecta ADN bacteriano con más o menos frecuencia según el tipo de tumor: desde el 14,3% de los casos en el melanoma hasta más del 60% en el cáncer de mama, páncreas y hueso. El estudio de más de 400 tumores adicionales confirma la presencia frecuente de componentes bacterianos (ARNr 16S y (sidenote: Lipopolisacáridos: moléculas de la pared externa de las bacterias ) ) tanto en las células cancerosas como en las células inmunitarias adyacentes. En cambio, rara vez se detectaron cocos y bacilos, lo cual sugiere una posible alteración de la envoltura de las bacterias intratumorales.
Una microbiota específica de cada cáncer
El segundo hallazgo fue que el cáncer de mama presenta una microbiota especialmente rica y diversificada, con una media de 16,4 especies bacterianas detectadas por tumor, frente a menos de 9 en los demás tipos de cáncer. El cultivo de muestras frescas de tumores parece confirmar que estas bacterias están vivas. Pero, sobre todo, cada tipo de tumor se caracteriza por una composición bacteriana distinta. Por ejemplo, las especies que pertenecen a los filos Firmicutes y Bacteroidetes son más abundantes en los tumores colorrectales, mientras que las del filo Proteobacteria predominan en el cáncer de páncreas.
Un efecto de nicho
Por último, las actividades metabólicas de las microbiotas intratumorales son relativamente específicas de ciertos tipos de tumores. Por ejemplo, en el cáncer de pulmón, se observa una mayor abundancia de bacterias capaces de degradar las sustancias químicas presentes en el humo del cigarrillo (tolueno, acrilonitrilo…). Según los investigadores, concentraciones elevadas de estos metabolitos podrían crear un nicho favorable para las bacterias capaces de metabolizarlas.
¿Manipular la microbiota tumoral?
Estos trabajos no permiten concluir, por el momento, si las bacterias desempeñan un papel causal en el desarrollo del tumor o si su presencia es la consecuencia del mismo (el tumor podría desorganizar el sistema vascular y facilitar la penetración celular de bacterias). No obstante, de la misma manera que, según otros estudios, la microbiota intestinal podría afectar la respuesta a los (sidenote: ICI (immune checkpoint inhibitors), inmunoterapia basada en anticuerpos monoclonales dirigidos contra los puntos de control (checkpoints) del sistema inmunitario ) , los investigadores esperan que la manipulación de la microbiota tumoral pueda afectar a la inmunidad del tumor y su respuesta a la inmunoterapia; de hecho, la microbiota del melanoma fue diferente entre los buenos y malos respondedores. Esto suscita la esperanza de que se descubran nuevas herramientas diagnósticas e incluso nuevos tratamientos para los pacientes.