Un análisis del micobioma en varios cánceres revela la implicación de hongos en tumores gastrointestinales y pulmonares
ARTÍCULO COMENTADO - ADULTO
Por el Prof. Harry Sokol
Gastroenterología y nutrición, Hospital Saint-Antoine, París, Francia
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Autor
Comentario del artículo de Anders B. Dohlman et al. Cell 2022 [1]
Los microrganismos fúngicos (micobiota) son un componente numéricamente pequeño de la microbiota humana, aunque presentan una gran inmunorreactividad. No se sabe mucho sobre la función de la micobiota en cánceres humanos. El análisis de cánceres de distintos órganos y lugares del cuerpo ha revelado la presencia de una micobiota asociada a tumores, a razón de una célula fúngica por cada 10 000 células tumorales. En el cán cer de pulmón, Blastomyces estaba asociado a tejidos tumorales. En cánceres gástricos, unos altos niveles de Candida se asociaban a la expresión de vías inmunitarias proinflamatorias, mientras que en cánceres de colon, Candida era un signo predictivo de enfermedad metastásica y de adhesión celular atenuada. En distintos lugares del tracto gastrointestinal, varias especi es de Candida aparecían enriquecidas en muestras tumorales y la presencia de ADN de Candida asociada al tumor predecía una menor supervivencia. La presencia de Candida en tumores gastrointestinales humanos se confirmó mediante secuenciación ITS de muestras tumorales y mediante un método de cultivo en una cohorte independiente. Estos datos implican a la micobiota en la patogénesis de los cánceres gastrointestinales y sugieren que el ADN fúngico asociado al tumor podría servir como biomarcador diagnóstico o pronóstico.
¿Qué se sabe ya sobre este tema?
El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo. Su tumorigénesis, su progresión y la forma en que responde a los tratamientos están influenciados por distintas interacciones entre el sistema inmunitario del anfitrión y las bacterias de la microbiota. Sin embargo, el papel de los hongos (micobiota) en estos procesos aún está muy poco estudiado. Los hongos y las bacterias colonizan conjuntamente el tubo digestivo, el epitelio de la piel, las vías respiratorias y los órganos reproductores de los mamíferos, formando un complejo ecosistema de interacciones microbio-microbio y anfitrión- microbio con importantes repercusiones para la salud humana. Aunque las infecciones fúngicas son responsables de más de 1,5 millones de muertes al año en todo el mundo, solo representan el 0,1 % del ADN microbiano presente en el intestino, lo que sugiere una influencia desproporcionada de especies de este reino en el microbioma global y en la inmunidad del anfitrión. Tanto si se habla de virus, de bacterias o de hongos, se acumulan pruebas científicas que indican una relación entre el microbioma humano, el cáncer y sus consecuencias. En los últimos años se han observado varios casos de asociación entre especies bacterianas y la aparición/progresión del cáncer. Helicobacter pylori es responsable de aproximadamente el 75 % del riesgo atribuible al cáncer gástrico, mientras que Escherichia coli genotóxica, Bacteroides fragilis, Streptococcus bovis/gallolyticus y Fusobacterium nucleatum han sido implicadas en la carcinogénesis colorrectal [2]. Lo que tienen en común estas bacterias es su capacidad para causar una inflamación crónica, una característica que posiblemente contribuya a su capacidad oncógena. En informes recientes se han identificado también bacterias intracelulares en numerosos tipos de tumores [3].
El micobioma desempeña un papel clave en la activación de la inmunidad innata en el intestino. Las toxinas fúngicas y las aminas bioactivas se han asociado a la carcinogénesis. Algunos estudios experimentales recientes respaldan la implicación de los hongos en el cáncer en determinados contextos [4]. Los datos de secuenciación de bancos de tumores muestran la presencia de secuencias microbianas, pero el componente fúngico sigue sin estar explorado.
¿Cuáles son los principales resultados aportados por este estudio?
Mediante el análisis de varios tipos de cáncer de “The Cancer Genome Atlas” (TCGA), los autores extrajeron perfiles de micobiomas asociados a tumores con una resolución a nivel de especie. Después de eliminar la contaminación y las señales de falsos positivos, los autores observaron que las composiciones fúngicas variaban según el tipo de cáncer, con algunos hongos específicos del tipo de tumor, tanto para localizaciones gastrointestinales como no gastrointestinales (figura 1A). En general, se encontró hasta 1 célula fúngica por cada 10 000 células tumorales humanas, una proporción coherente con el hecho de que los hongos representan entre el 0,1 y el 1 % del microbioma, y con que se estima que las bacterias representan un poco menos del 1 % de las células que se encuentran en los tumores [2, 3]. Se encontraron con gran abundancia a varias especies de Candida, Saccharomyces cerevisiae y Cyberlindnera jadinii en tumores gastrointestinales, mientras que las especies Blastomyces y Malassezia fueron abundantes en tumores de pulmón y de mama, respectivamente. A continuación, los autores demostraron que hay varias especies de Candida vivas y activas a nivel transcripcional en el tumor. Por último, es posible que la abundancia de ciertos hongos dentro del tumor permita predecir la expresión génica del tumor anfitrión, el estado de la enfermedad y la supervivencia (figura 1B), aunque esto debe confirmarse. En conjunto, estos resultados implican a los hongos, y en concreto a Candida, en la patogénesis de cánceres gastrointestinales, a la vez que sugieren su potencial como objetivo terapéutico y herramienta de pronóstico.
PUNTOS CLAVE
- Un análisis del micobioma en distintos tipos de cáncer demuestra la presencia de hongos en el tejido tumoral
- Hay tumores gastrointestinales que contienen Candida viva y transcripcionalmente activa
- El ADN de Candida es abundante en algunos tejidos tumorales, lo que puede ser indicativo de un mal pronóstico
¿Cuáles son las consecuencias en la práctica?
Además de bacterias, este estudio demuestra la presencia de hongos en numerosos tumores digestivos y extradigestivos, con una forma de especificidad entre distintos tipos de tumores y un posible carácter predictivo de la gravedad del tumor. Estos resultados sugieren que los hongos influyen en el proceso carcinogénico y en su gravedad. Por otro lado, podrían servir para allanar el camino para el desarrollo de nuevos biomarcadores o tratamientos contra el cáncer dirigidos al componente fúngico.
CONCLUSIÓN
Un análisis de numerosos cánceres digestivos y extradigestivos identifica hongos asociados a tumores, y en concreto, un enrique - cimiento de Candida en cánceres gastrointestinales. Es posible que los hongos desempeñen un papel en la carcinogénesis. El ADN fúngico asociado al tumor podría servir como marcador pronóstico en este contexto y los hongos podrían ser un nuevo objetivo terapéutico en oncología.
1. Dohlman AB, Klug J, Mesko M, et al. A pan-cancer mycobiome analysis reveals fungal involvement in gastrointestinal and lung tumors. Cell 2022 ; 185 : 3807-22.e12.
2. Sepich-Poore GD, Zitvogel L, Straussman R, et al. The microbiome and human cancer. Science 2021 ; 371 : eabc4552.
3. Nejman D, Livyatan I, Fuks G, et al. The human tumor microbiome is composed of tumor type-specific intracellular bacteria. Science 2020 ; 368 : 973-80.
4. Alam A, Levanduski E, Denz P, et al. Fungal mycobiome drives IL-33 secretion and type 2 immunity in pancreatic cancer. Cancer Cell 2022 ; 40 : 153-67.e11.