Microbiota Intestinal #18
Por la Prof. Satu Pekkala
Becaria de investigación de la Academia de Finlandia, Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud, Universidad de Jyväskylä, Finlandia
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Acerca de este artículo
LAS MODIFICACIONES DEL MICROBIOMA HUMANO PROVOCADAS POR LA ALIMENTACION REMODELAN LA HOMEOSTASIS COLONICA EN EL SINDROME DEL INTESTINO IRRITABLE
El síndrome del intestino irritable (SII) es una enfermedad gastrointestinal funcional que puede clasificarse en diferentes subtipos: SII con diarrea predominante o estreñimiento predominante (SII-D y SII-C, respectivamente), SII con hábitos intestinales mixtos y SII no clasificado. Muchos pacientes con SII se benefician de una dieta baja en oligo-, diy monosacáridos fermentables, así como en polioles (dieta FODMAP). Sin embargo, solo aproximadamente el 60-70 % de los pacientes tienen una respuesta clínica a la dieta. Este estudio analizó los efectos de una dieta baja en FODMAP durante 6 semanas en la microbiota intestinal de pacientes con SII-D sin tratamiento previo. La dieta produjo un aumento de la abundancia de especies como Acutalibacter timonensis y Oscillibacter sp900066435, así como una disminución de Bifidobacterium adolescentis, Eubacterium ventriosum y Clostridium disporicum. El 70 % de los pacientes presentó mejoras en las manifestaciones de la enfermedad. A continuación, los autores estudiaron cómo afectaban las muestras fecales a la expresión génica, mediante cultivos de órganos intestinales ex vivo. La microbiota posterior a la dieta provocó la expresión de genes implicados en las funciones neuronales y musculares entéricas y suprimió la expresión de numerosos genes que codifican proteínas proinflamatorias. El análisis de ontología génica reveló que la microbiota posterior a la dieta aumentó las vías relacionadas con la organización de la matriz extracelular, la adhesión celular y el ensamblaje de uniones. Puesto que gran cantidad de vías y genes están asociados a la abundancia de B. adolescentis, los autores cultivaron células epiteliales colónicas con B. adolescentis y administraron la bacteria a ratones para encontrar un vínculo mecanicista entre la bacteria y la salud intestinal. Tanto en las muestras in vitro como in vivo, B. adolescentis modificó la integridad de las uniones estrechas epiteliales y las funciones de la barrera intestinal. Finalmente, mediante cultivos in vitro se descubrió que evitar la fructosa en dietas bajas en FODMAP explicaba la reducción de los niveles de B. adolescentis en la microbiota de los pacientes después de la dieta. Este estudio presenta un vínculo mecanicista entre la alimentación, el microbioma y las funciones intestinales que ayudará, en el futuro, a desarrollar tratamientos personalizados en función del microbioma para enfermedades humanas.
ALTERACION DE LA FUERZA DE CONECTIVIDAD FUNCIONAL EN EL INSOMNIO CRONICO ASOCIADA CON LA COMPOSICION DE LA MICROBIOTA INTESTINAL Y LA EFICIENCIA DEL SUEÑO
Poco se sabe sobre la relación entre la microbiota intestinal y la actividad cerebral en estado de reposo en pacientes con insomnio crónico (IC). El IC se manifiesta, por ejemplo, con dificultades para conciliar o mantener el sueño, lograr un sueño reparador y un estado de hiperactivación. Además, la IC puede dificultar el funcionamiento social, cognitivo y conductual de los pacientes. Este estudio investigó las asociaciones entre las funciones cerebrales, la composición de la microbiota intestinal y el rendimiento neuropsicológico en pacientes con IC. La composición de la microbiota intestinal se asocia en gran medida con el rendimiento neuropsicológico en pacientes con IC. En concreto, la abundancia de Intestinibacter, Lachnospiraceae UCG-003 y Faecalicoccus se relacionó con la fuerza de la conectividad funcional (FCS) en la circunvolución parietal superior izquierda. Esta parte del cerebro interviene en aspectos de la atención y la percepción visoespacial, como la representación y la manipulación de objetos. Como cabía esperar, la FCS fue inferior en pacientes con IC que en personas sanas. En cuanto al género, se asociaron con las puntuaciones de la evaluación del estado de ánimo y del sueño Alloprevotella, miembros de la familia Lachnospiraceae y Faecalicoccus. Dado que Alloprevotella y miembros de Lachnospiraceae producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), los autores plantearon la hipótesis de que estos géneros podrían afectar a las funciones cerebrales mediante la modulación del metabolismo de los AGCC en pacientes con IC. Sin embargo, el estudio no encontró ninguna relación mecanicista. Aunque los resultados del estudio fueron interesantes, se necesitan estudios longitudinales para determinar si las intervenciones pueden afectar a la microbiota intestinal de pacientes con IC y si se podría actuar sobre la microbiota intestinal, por ejemplo, con intervenciones probióticas para mejorar las funciones cerebrales en pacientes con insomnio.
EL MODO DE ADMINISTRACION MODULA LA MICROBIOTA INTESTINAL E INFLUYE EN LA RESPUESTA A LA VACUNACION
Existen diversos factores que influyen en la respuesta de los lactantes a las vacunas, como la genética, el peso al nacer, los anticuerpos maternos y el tipo de alimentación. Se sabe menos sobre la función que desempeña la microbiota intestinal en las respuestas inmunitarias a la vacunación, aunque los microbios influyen de manera notable en el desarrollo del sistema inmunitario en las primeras etapas de la vida. Este estudio determinó si las diferencias derivadas del tipo de parto en los patrones de colonización microbiana intestinal en los primeros años de vida se asociaban con las respuestas específicas del antígeno IgG a la PCV neumocócica 10-valente (PCV-10) y a la vacuna conjugada meningocócica MenC. Entre las distintas variables estudiadas, el tipo de parto y el tipo de alimentación fueron los únicos factores de los primeros años de vida asociados de forma significativa con las respuestas IgG frente a uno o más serotipos. La diversidad de la microbiota intestinal no se asoció con las respuestas IgG a la PSV o MenC. Los lactantes cuya microbiota intestinal se caracterizaba por una baja abundancia de Bifidobacterium y Eschericchia coli presentaron las concentraciones más bajas de IgG frente a ambas vacunas. Por el contrario, las concentraciones de IgG anti-MenC en lactantes con gran abundancia de E. coli fueron ~2 veces superiores, lo que también se asoció con un parto vaginal. Sin embargo, al año, la microbiota intestinal ya no se asoció con las respuestas a la vacuna, lo que confirma que la microbiota temprana está más relacionada con las respuestas a la vacuna que la microbiota más cercana al momento de la vacunación. En cuanto a la microbiota intestinal en las primeras etapas de vida, una mayor abundancia de E. coli y Bifidobacterium se asoció a respuestas antineumocócicas elevadas, mientras que Clostridium, Prevotella y Streptococcus pyogenes se asociaron a respuestas bajas. En lactantes que tuvieron una gran respuesta anti-MenC, se observó una mayor abundancia de muchas UTO poco abundantes pertenecientes a la familia Lachnospiraceae. El estudio demuestra que entender los factores microbianos que facilitan la maduración inmunitaria y la inmunogenicidad de las vacunas es fundamental para mejorar los resultados de las vacunas en niños.