¿Se puede piratear el intestino para obtener los efectos adelgazantes de un fármaco antidiabético?
Por el Dr. Julien Scanzi
Servicio de Gastroenterología, Hospital Universitario Estaing, Clermont-Ferrand, Francia
Espacio para el público general
Encuentra aquí tu espacio dedicadoen_sources_title
en_sources_text_start en_sources_text_end
Capítulos
Acerca de este artículo
Autor
En un breve vídeo que publicó en su canal de TikTok, el doctor DeDecker, médico internista (o especialista en medicina interna), explica cómo conseguir los beneficios del efecto adelgazante de un medicamento sin tener que tomarlo. El fármaco del que habla es un análogo del GLP-1 en forma de pluma inyectable, indicado para el tratamiento de la diabetes, pero ampliamente utilizado por su efecto adelgazante, sobre todo en Estados Unidos, y que numerosas influencers promocionan en sus redes sociales. El doctor explica que el efecto adelgazante de este medicamento, que permite perder hasta un 20 % del peso corporal, puede conseguirse mediante dos medios “naturales”, gracias a la microbiota intestinal, en concreto, con la toma de un probiótico específico, y siguiendo una alimentación rica en fibra.
¿Podría comentar las propuestas del autor del vídeo desde un punto de vista clínico?
El efecto de este medicamento se relaciona con el aumento de GLP-1, una hormona que producen principalmente las células endocrinas intestinales (o células enteroendocrinas), y que favorece la secreción de insulina (el llamado efecto incretina), ralentiza el vaciado gástrico y estimula la saciedad, lo que reduce la sensación de hambre.
¿Qué ocurre con la ingesta de fibra y la toma del probiótico?
Es de sobra conocido que la fibra alimentaria, especialmente la soluble, puede ralentizar el vaciado gástrico, lo que nos hace tener una mayor sensación de saciedad y permite controlar el apetito. Además, puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre al ralentizar la absorción de los carbohidratos, algo que puede ser beneficioso en los casos de diabetes. Además, los alimentos ricos en fibra suelen tener una menor densidad energética, lo que puede ayudar a reducir la ingesta total de calorías y posiblemente, a favorecer la pérdida de peso cuando se consumen en el marco de una alimentación equilibrada. En cuanto a la microbiota intestinal, estoy de acuerdo con la postura del Dr. DeDecker, porque se sabe que la mayoría de las fibras tienen un efecto prebiótico, ya que alimentan a ciertas bacterias intestinales capaces de producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC) por fermentación, lo que a su vez puede aumentar los niveles del GLP-1.
Sin embargo, me gustaría matizar las afirmaciones sobre Akkermansia muciniphila, la famosa bacteria de la que habla y a la que se atribuyen numerosos beneficios en la regulación del metabolismo energético y la sensibilidad a la insulina en particular, y sobre la que algunos estudios sugieren un papel indirecto en la regulación de la secreción de péptidos intestinales como el GLP-1. Sin embargo, estamos hablando de datos preclínicos y la relación es bastante indirecta, y en gran medida es insuficiente para afirmar que la suplementación con esta bacteria serviría para aumentar la secreción de GLP-1 y provocar así una pérdida de peso.
¿Por qué piensa que este vídeo ha despertado tanto interés?
Creo que este vídeo ha suscitado tanto revuelo porque habla de la pérdida de peso, y en nuestras poblaciones occidentales, con un alto índice de sobrepeso y obesidad (el 50-60 % de la población), muchas personas sueñan con perder peso sin hacer cambios en su estilo de vida, en concreto en cuanto a la alimentación. Así que si existe un método natural que pueda ayudarnos a perder el 20 % del peso corporal sin tomar ningún medicamento, es fácil entender por qué ha suscitado tanto entusiasmo.
¿Daría esta información a sus pacientes? ¿Qué riesgos o dificultades podría haber?
No es más que mi opinión personal, pero creo que los comentarios del Dr. DeDecker caen un poco en la publicidad engañosa, porque ni el hecho de tomar algún tipo de probiótico ni el de aumentar la fibra dietética ha demostrado tener beneficio alguno en términos de pérdida de peso, y mucho menos del 20 %. A pesar de todo, creo que su discurso es interesante porque podría tener efectos positivos al reducir el uso indebido del fármaco antidiabético, sensibilizar a la población sobre el impacto de la microbiota intestinal en nuestra salud y, sobre todo, animar a la gente a ingerir más fibra. El consumo actual de fibra en los países occidentales (menos de 20 g/día) está muy por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (25-30 g/día), y solo el 5% de los estadounidenses consume suficiente fibra.