La dieta mediterránea, la microbiota intestinal y enfermedades no transmisibles [2]
Revisión de prensa
Por el Pr Markku Voutilainen
Facultad de medicina de la Universidad de Turku; gastroenterología, Hospital Universitario de Turku, Finlandia
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La dieta mediterránea se caracteriza por una alta ingesta de vegetales, frutas, verduras, frutos secos, semillas, cereales integrales, un consumo moderado de pescado y una baja ingesta de grasas saturadas, carne y productos lácteos además de un consumo moderado de alcohol, especialmente de vino tinto. La alimentación de algunas personas que viven en los países nórdicos se asemeja a la dieta mediterránea. Las personas que siguen una dieta mediterránea tienen una menor morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares, y la alimentación tiene un efecto preventivo y terapéutico del síndrome metabólico, la obesidad, la diabetes de tipo 2, las enfermedades inflamatorias y ciertos tipos de cáncer.
El intestino humano está colonizado por miles de especies microbianas (bacterias, virus, arqueas, especies eucariotas unicelulares) que contienen más de tres millones de genes diferentes (el genoma humano contiene 23 000 genes). La microbiota fermenta las fibras alimentarias no digeribles y la mucosidad intestinal endógena, lo cualestimula el crecimiento de microbios que producen ácidos grasos de cadena corta (butirato, propionato, acetato).
La disbiosis se relaciona con una inflamación localizada de la mucosa intestinal, un deterioro de la fisiología intestinal y de los trastornos metabólicos. La disbiosis se asocia a multitud de enfermedades gastrointestinales y extraintestinales. Sin embargo, existe una variación interpersonal significativa de la microbiota entre personas con la misma enfermedad y la población microbiana es altamente variable entre enfermedades diferentes.
Estudios con animales han mostrado que la alimentación tiene un fuerte impacto en el microbioma intestinal. La dieta mediterránea contiene carbohidratos complejos que son fermentados por una microbiota saludable que produce aminoácidos grasos de cadena corta. La dieta mediterránea tiene efectos beneficiosos en la microbiota y en su perfil metabolómico. También se ha observado una mayor diversidad de la microbiota intestinal incluso después de la ingesta moderada de vino tinto. La dieta mediterránea aumenta la abundancia de Bacteroides y reduce las Firmicutes. En personas con una mayor adherencia a la dieta mediterránea, la concentración fecal de butirato y de propionato es mayor. También tiene una proporción Bifidobacteria/Escherichia coli elevada, que se asocia con un buen equilibrio intestinal y una buena salud. Este tipo de alimentación también aumenta los niveles de Faecalibacterium prausnitzii y ciertas especies Clostridiales, así como la capacidad de la microbiota intestinal de metabolizar polifenoles de los alimentos
Se ha sugerido utilizar la dieta mediterránea para el tratamiento de pacientes con enfermedades metabólicas (diabetes de tipo 2, obesidad, esteatosis hepática no alcohólica), porque podría anular los trastornos de la disbiosis y el perfil metabolómico que a menudo se detecta en estos pacientes. Sin embargo, se necesitan más datos sobre los patrones de fluctuación temporales de la microbiota intestinal relacionados con la dieta mediterránea. Además, necesitamos entender mejor los mecanismos por los cuales la dieta modifica la microbiota y cómo participa la disbiosis en la patogénesis de enfermedades no transmisibles.