Efectos positivos de correr en la microbiota intestinal y la depresión adolescente
Por primera vez, unos investigadores han demostrado los beneficios de correr con regularidad sobre la microbiota intestinal y el estado psicológico de adolescentes que sufren trastornos depresivos.
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Acerca de este artículo
La adolescencia es una etapa en la que pueden aparecer diversos trastornos del estado de ánimo, entre ellos el trastorno depresivo mayor (TDM). En los últimos años, muchos estudios han examinado la relación entre la disbiosis intestinal y la depresión. El problema es que la mayoría de estos estudios se han realizado en adultos. Por ello, un equipo internacional de científicos se ha centrado en los adolescentes y, más concretamente, en los efectos del deporte sobre la microbiota intestinal de los adolescentes que sufren "depresión subumbral". Este síndrome depresivo "límite" -que sólo cumple una parte de los criterios de un síndrome depresivo mayor- afectaría a entre el 20 y el 30% de los adolescentes y se reflejaría en la presencia de al menos 2 síntomas característicos de la depresión descrita por el manual de trastornos mentales (un estado de ánimo deprimido, fatiga, pérdida o aumento de peso, agitación o enlentecimiento psicomotor, sentimientos de culpa, etc.), durante al menos 15 días. Estos individuos tienen un riesgo del 40% de acabar desarrollando MDD.
40 % La depresión submentoniana se asocia a un riesgo del 40% de desarrollar en algún momento un trastorno depresivo mayor
Escolares deprimidos puestos a prueba
Los investigadores reclutaron a 25 escolares de 12 a 14 años con depresión submentoniana y los asignaron aleatoriamente a 2 grupos:
- un grupo que corría a un ritmo moderado (del 50 al 70% de la frecuencia cardiaca máxima) 30 minutos al día, 4 días a la semana;
- un grupo placebo que realizaba actividades en grupo (lectura, canto y juegos) una vez por quincena.
Tras 3 meses de experimentación, se recogieron las heces de todos los voluntarios y se analizaron mediante secuenciación del gen rRNA16S.
Los resultados publicados en Psychiatry Research muestran que los adolescentes del grupo que corría presentaban significativamente menos síntomas depresivos, mientras que los del grupo que leía y jugaba no mostraban ninguna mejoría.
Una firma de la microbiota intestinal
El análisis de la microbiota muestra que, en comparación con el grupo placebo, los jóvenes corredores presentaban un aumento de la abundancia relativa de determinadas bacterias:
Coprococcus y Blautia, bacterias productoras de butirato, un
(sidenote:
Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC)
Los Ácidos Grasos de Cadena Corta (AGCC) son una fuente de energía (carburante) de las células de la persona que interactúan con el sistema inmunitario y están implicadas en la comunicación entre el intestino y el cerebro.
Silva YP, Bernardi A, Frozza RL. The Role of Short-Chain Fatty Acids From Gut Microbiota in Gut-Brain Communication. Front Endocrinol (Lausanne). 2020;11:25.
)
(AGCC) conocido por sus beneficios para la salud, gracias a su acción antiinflamatoria por ejemplo Dorea y Tyzzerella: géneros bacterianos cuyo vínculo con la depresión aún no está totalmente establecido. Sin embargo, la Tyzzerella ya se había identificado en menores cantidades en mujeres que sufrían depresión posparto.
Enriquecimiento de determinadas vías metabólicas
El análisis de las vías metabólicas de las corredoras reveló que las relacionadas con los mecanismos de defensa y transducción de señales estaban muy enriquecidas, lo que podría explicar en parte el efecto antidepresivo de correr.
Los investigadores también señalan que las vías asociadas a enfermedades neurodegenerativas -algunas de las cuales se sabe que son similares a las del síndrome depresivo mayor- estaban agotadas en los corredores.
Aunque los resultados de este estudio deben ser confirmados por un estudio más amplio, representan un nuevo paso en la comprensión de la función del eje intestino-cerebro y su papel en los trastornos del estado de ánimo.