Descubrimiento de una comunicación madre-feto a través de la microbiota intestinal
La microbiota intestinal de las mujeres embarazadas produce vesículas extracelulares capaces de migrar al líquido amniótico. Podrían preparar el intestino del feto para la colonización por los microorganismos de la futura microbiota.
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Acerca de este artículo
Un equipo de investigadores finlandeses acaba de poner en evidencia por primera vez la presencia, en el líquido amniótico, de vesículas extracelulares procedentes de bacterias de la microbiota intestinal, en mujeres embarazadas sanas. 1
Estas vesículas están constituidas por diversas moléculas bacterianas (proteínas, lípidos, ácidos nucleicos…) que podrían desempeñar un papel fundamental en la maduración del intestino fetal y la inmunidad del niño por nacer.
Este descubrimiento quizás sea la pieza que faltaba para explicar la presencia, observada en varios estudios recientes, de ADN bacteriano en la placenta, el líquido amniótico y el meconio.
Extrañas similitudes
Para obtener este resultado, los científicos de la Universidad de Oulu buscaron vesículas extracelulares en el líquido amniótico y las heces de 25 mujeres finlandesas embarazadas que habían dado a luz por cesárea.
Los resultados confirman la presencia de una gran cantidad de vesículas extracelulares de tamaños relativamente variados en todas las muestras fecales y amniótica.
La microbiota materna modula también la expresión de los genes fetales
Los autores de un estudio publicado en 2023 compararon fetos murinos nacidos de ratonas sin microbiota con los procedentes de ratonas normales con microbiota, en especial midiendo las diferencias de expresión de ciertos genes. 2 Resultados: en el feto de ratón axénico (germ-free), los genes implicados en la inmunidad eran menos activos en el intestino, al igual que los implicados en el desarrollo y el funcionamiento del sistema nervioso, en el funcionamiento de la placenta o en el metabolismo energético. Estos efectos sobre la expresión de los genes mostraron una estrecha correlación con la concentración de metabolitos bacterianos en los tejidos fetales y eran más pronunciados en los fetos machos.
El análisis de su contenido (proteínas y ARNr 16S) revela que las vesículas fecales y amnióticas contienen en común un subgrupo de proteínas que tienen las mismas características funcionales y proceden del mismo filo bacteriano (Bacteroidetes, Firmicutes, Proteobacteria y Actinobacteria). Estas similitudes de composición y de origen bacteriano sugieren que las vesículas extracelulares se forman en la microbiota y, por lo tanto, que esta se comunica con el feto a través de ellas.
Inyectando vesículas extracelulares maternas de origen fecal humano en la sangre de ratonas gestantes, los investigadores observaron su presencia en el líquido amniótico, lo cual demuestra que las vesículas son capaces de acumularse en el feto y, por lo tanto, de atravesar la barrera placentaria.
Preparar el intestino fetal para acoger su futura microbiota
Hipótesis de los autores: el feto ingiere las vesículas extracelulares presentes en el líquido amniótico; después estas guían al sistema inmunitario fetal hacia la tolerancia inmunitaria necesaria para una colonización precoz del intestino en el momento del nacimiento. Así pues, las vesículas extracelulares formarían parte del entorno natural del feto, incluso durante un embarazo normal.
Aunque el estudio tiene ciertas limitaciones, abre el camino para nuevas investigaciones, sobre todo el estudio de la contribución de otras fuentes de vesículas extracelulares (como las que proceden de la microbiota oral o vaginal) en la maduración inmunitaria del feto. También deberían permitir estudiar cómo puede afectar esta comunicación a la futura salud del niño.