Retrasos de crecimiento, secuelas a largo plazo en el metabolismo, la inmunidad y el desarrollo cognitivo..., la malnutrición de los niños es un problema de salud mundial, con soluciones terapéuticas y alimentarias que actualmente son incompletas e incluso insuficientes. Los investigadores también se han dado cuenta de que la microbiota intestinal de estos niños presenta fallos de maduración, con comunidades microbianas que parecen estar menos desarrolladas que las del niño sano. Concentrarse en la microbiota intestinal para actuar sobre el crecimiento es el objetivo de este estudio, que se sale de los caminos trillados y se centra en comparar un complemento alimenticio dirigido a la microbiota intestinal (MDCF-2) con un complemento alimenticio listo para su empleo existente (RUSF) con respecto a la mejora del crecimiento de 118 niños de Bangladesh con malnutrición.
Niños que crecen y aumentan de peso más deprisa
Aunque el RUSF sea más calórico, los niños que recibieron MDCF-2 mostraron un aumento de peso más importante y crecieron más deprisa. Además, los niños que recibieron MDCF-2 presentaban niveles más elevados de proteínas asociadas al crecimiento óseo y al desarrollo neurológico. Otro resultado esperanzador: se identificaron 21 tipos de bacterias positivamente relacionadas con cambios en el crecimiento.
¿Una esperanza para millones de niños?
Actualmente, más de 30 millones de niños menores de 5 años padecen todavía malnutrición en el mundo. Este estudio sugiere que un crecimiento sano de los niños está inexorablemente relacionado con el desarrollo óptimo de sus comunidades intestinales después del nacimiento. Estudios a mayor escala y en zonas geográficas más variadas deberían permitir confirmar las ventajas de un tratamiento nutricional dirigido a la microbiota intestinal frente a las estrategias clásicas. La confirmación de estas promesas terapéuticas supondría un éxito importante en la lucha contra las consecuencias de la malnutrición infantil.