Vivir en el espacio somete al cuerpo de los astronautas, incluida la microbiota, a condiciones difíciles, hasta el punto de que la microbiota intestinal podría necesitar una ayudita para que su huésped se mantuviera en forma, tanto en vuelo como a su regreso a la tierra.
Conviene saberlo antes de embarcar para una excursión por Marte: en una misión espacial no todo es un lecho de rosas. La microgravedad atrofia los músculos inactivos y somete a los huesos a osteoporosis precoz, el tránsito se vuelve más lento, la alteración de los ciclos día-noche trastorna el sueño y el aislamiento afecta a la salud mental. Por si esto fuera poco, la microbiota intestinal se desequilibra y las microbiotas de la piel, la nariz y la lengua tienden a imitar a las de los otros participantes del vuelo. ¿Y si todo esto estuviera relacionado? ¿Y si las modificaciones de las microbiotas estuvieran implicadas en las otras alteraciones? Es lo que sugiere una reciente revisión que analiza los problemas de salud de los hombres y mujeres del espacio.
¿La microbiota, en el centro de todo?
Se sabe que la microbiota produce pequeñas moléculas ( (sidenote:
AGCC
Ácidos grasos de cadena corta
)) que influyen en el apetito y la saciedad. La microbiota intestinal, trastornada por la vida espacial y sometida a una dieta menos rica en fibra, podría inhibir el apetito de los astronautas sintetizando compuestos saciantes. Además, la alteración de la microbiota intestinal podría dar lugar a una menor absorción de minerales y vitaminas y participar en la degradación del sistema osteomuscular. La microbiota intestinal también podría afectar a las funciones psicomotoras y al rendimiento neurocognitivo, que se degradan con el paso de los días en el espacio, actuando por ejemplo sobre el humor, el estrés, la cognición y el comportamiento. Incluso el declive de las funciones inmunitarias de los astronautas podría explicarse, en parte, por la microbiota.
En auxilio de la microbiota
Así pues, los viajes espaciales modificarían considerablemente las microbiotas de los astronautas, sobre todo la microbiota intestinal. Esto podría tener repercusiones en la salud ósea y muscular, el metabolismo, la inmunidad e incluso jugar con sus nervios. ¿Hay que acudir en auxilio de su microbiota con prebióticos para alimentarla e incluso con probióticos para aportar bacterias beneficiosas? Valdría la pena realizar ensayos clínicos para responder a esta pregunta.
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Old sources
Bibliografia:
Turroni S, Magnani M, Pukar KC et al. Gut Microbiome and Space Travelers' Health: State of the Art and Possible Pro/Prebiotic Strategies for Long-Term Space Missions. Front Physiol. 2020 Sep 8;11:553929.