Una microbiota vaginal sana se caracteriza por una diversidad bacteriana muy baja y el predominio de una o unas cuantas especies de lactobacilos. En cambio, una gran diversidad y una menor abundancia de lactobacilos desequilibran la flora, como sucede en la vaginosis bacteriana. Si bien esta infección es benigna, predispone a infecciones de transmisión sexual e infecciones urinarias y aumenta el riesgo de parto prematuro. Aunque los antibióticos son eficaces a corto plazo, no impiden las recaídas, que llegan al 70% a los 3 meses. Quizás la solución se encuentre en el trasplante de microbiota vaginal.
Cribado de donantes
Un equipo estadounidense sometió a 20 mujeres voluntarias a un cuestionario clásico, al que añadió preguntas de carácter médico y sexual (infecciones vaginales, número de parejas, uso de preservativos, método anticonceptivo, etc.). Después de haber realizado exámenes clínicos y biológicos para determinar si las voluntarias padecían alguna infección, los investigadores analizaron la composición de su microbiota vaginal. Este protocolo de selección muy estricto de las donantes permitió definir el trasplante ideal, a saber, secreciones vaginales ricas en lactobacilos que confieren un pH ácido, garantía de una mejor protección contra microorganismos infecciosos.
Criterios de inclusión estrictos
Los autores proponen ampliar la detección a muchas otras infecciones diferentes de las previstas para donaciones tradicionales y sugieren diversos criterios de exclusión: exposición anterior al virus del herpes, infecciones urinarias recurrentes y presencia de bacterias ajenas a la microbiota vaginal. Por otra parte, las donantes deben abstenerse de tener relaciones sexuales durante al menos 30 días antes de la obtención de la muestra y no deben seguir ningún tratamiento hormonal. De esta manera, la proporción de mujeres elegibles se reduce al 35%, una proporción que debería ser todavía más baja en condiciones reales. Las potenciales receptoras, por su parte, también deberían someterse a una detección de infecciones de transmisión sexual, no para excluirlas, sino para mejorar la seguridad del seguimiento después del trasplante.